viernes, 7 de marzo de 2008

Yo aún diría más

Una importante institución nacional -no viene al caso cuál, está por completo dentro del tono dominante- que se caracteriza por medir cuidadosamente el significado y alcance de sus palabras, y de la sinceridad de cuyos sentimientos no cabe dudar, ha condenado hoy el último crimen de ETA diciendo, entre otras cosas, que "no solo vulnera el derecho a la vida, sino que es muestra de la más dura intolerancia..."

A mí, que debo de ser muy raro, no me harían peor efecto estas palabras si hubieran añadido "y lo que es peor, atenta gravemente contra el buen gusto..."

Thomas de Quincey quizás creyera ser un humorista, pero en realidad fue un precursor.

24 comentarios:

  1. Sin ningún ánimo polémico (créeme) mencionaré la importante institución nacional a la que aludes, la cual no es otra que mi muy querida Conferencia Episcopal. Lo hago porque, debo ser tan raro como tú, también me llamó la atención la poco afortunada construcción de esa frase que revela una preocupante pérdida de rigor en el que, como dices, ha sido tradicionalmente un lenguaje caracterizado por la medición calculada de sus significados y alcances.

    Dicho lo cual, lo que me sorprende al leer tu post, es que digas que esta frase se inserta en una declaración condenatoria al reciente asesinato de ETA. No te discuto que sea así, pero es que yo la había leido en la famosa nota de los Obispos de hace unos días que tan mal sentó al PSOE.

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  2. Debe de ser que los obispos han escogido algunas frases especialmente estúpidas para incluirlas en todos sus comunicados, porque esta, en concreto, la oí por la radio a las tres de la tarde, dentro de la nota de la Conferencia Episcopal en que condenaba el asesinato; y, por si acaso había oído mal, lo comprobé luego en Internet.

    No cabe duda de que el episcopado se ha hecho acérrimo partidario de la tolerancia, con el furor de los recién conversos. Alguien debería explicarles que la tolerancia está muy bien, desde luego, y sienta especialmente bien a los obispos; pero que nadie, y menos que nadie un obispo, debería considerarla el valor supremo, de tal modo que atentar contra ella resulte más grave que hacerlo contra la vida humana.

    Aunque quizás bastaría con enseñarles a escribir...

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  3. ¿Bastaría con enseñarles a escribir? Me parece que has propuesta una tarea más difícil que la de explicarles que en la escala de valores la intolerancia es menor grave que el asesinato. Un abrazo

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  4. Se empieza interfiriendo en la vida civil y en los derechos de las personas y se acab escribiendo con mala sintaxis y escupiendo por la calle. Creo, no obstante, que los obispones bebeb de la prosodia del Gran Groucho Marx, lo cual es un avance, no creáis.

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  5. Hala, ya estamos hablando de los obispos. Mi comentario era genérico y se refería al vicio de considerar la tolerancia como el valor supremo, del que los obispos son practicantes bisoños y primerizos, en absoluto los más señalados, aunque en ellos choque más y hayan tenido la mala suerte de que fuera suyo el comunicado estúpido que oí y comenté.

    Pero los hay, en la misma línea, de todos los partidos. Uno, ese sí que no recuerdo de quién, que se repite mucho, es el del género: "Es un asesinato execrable, porque la víctima es un trabajador ejemplar..." Hay distintas modalidades, pero todas ellas presuponen: a) que hay asesinatos no execrables, puesto que es necesario especificar que este sí lo es. b) que cuando la víctima no es tan... lo que sea, el asesinato merece menos condena, puesto que este lo condenamos porque la víctima es muy... lo que sea. Este modelo se repite incansablemente, en boca de unos y otros, atentado tras atentado. Y yo sufro, os lo juro, a estas alturas más por el mal uso del idioma que por ninguna otra consideración.

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  6. Yo, sin embargo, Miroslav, aún entendiéndote y compartiendo parte de lo que dices, no estoy totalmente de acuerdo. La verdad está en el matiz: y yo detesto el victimismo, y respeto poco a las víctimas propiciatorias.

    Dicho de otro modo, yo siempre me pongo de parte de los leones -no puedo evitarlo- cuando se comían a los cristianos (y de parte del león cuando se come al domador)

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  7. Quería decir júblio, no miroslav. Perdón

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  8. A medio leer estos comentarios, no sé por qué se me ha venido a la cabeza el recuerdo de que en tiempos pasados a las casas de putas se les llamaba "casas de tolerancia". Qué cosas.

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  9. Es que el mal uso del idioma es una cuestión muy seria: significa, ni mas ni menos, que el mal uso del pensamiento... y de ahí a hacer mal uso de casi todo lo demás, ya no hay mas que un paso. Y se suele dar, que es lo malo.

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  10. Ya lo decía Claudel, mi querida Cigarra:La tolérance, monsieur, il y a des maisons pour ça!

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  11. Está mucho más animado este blog. Mira que tengo tentaciones de abrir uno en blogspot. Cigarra exacto, lo del pensamiento y el lenguaje. ¿Sois así toda la familia?

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  12. Efectivamente, Cigarra, muy exacto lo del pensamiento. El lenguaje es un pensamiento prefabricado,y si lo usamos sin tiento nos da ya pensadas - y con mucha probabibilidad, mal pensadas - cosas que, sin embargo, seguimos creyendo que hemos pensado nosotros.

    El pequeño es peor, amadecasa. Es filólogo y no se le entiende casi nada (y encima hace unos años que le ha dado por hablar en italiano).

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  13. Me tienes que presentar a tu hermano pequeño porque tenemos muchas cosas en común. Yo también soy filóloga y además hablo italiano. Pero lo más afín que tenemos es que a mí tampoco se me entiende nada. Pero si hasta podría ser mi alma gemela!

    En fin, déjalo. Seguro que no nos entenderíamos...

    Un beso enorme!

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  14. En realidad yo soy la mayor de los tres, y todo lo que saben se lo he enseñado yo, pero no me quiero poner lazos, que ya se sabe que "alabanza propia, mierda puñetera", como le dijo una vez una monja rabisalsera a mi pobre madre, porque se jactó (con toda razón) de ser buena cocinera...
    En fin...

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  15. Feliz Semana Santa! Que disfrutes de estos días!

    Un beso grande.

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  16. Buen trabajo, agente Vera. Pero inútil. Ricardo no es el pequeño filólogo, al que quiere conocer Zafferano. Cuando Cigarra dice que es la mayor es tan poco exacta como en el resto de su desafortunada intervención: es la mayor de los tres pequeños, pero hay otros tres por encima, y es a esta primera remesa a la que pertenece el autor del blog que ha localizado usted.

    Esta tarea de investigación puede valerle a usted una medalla, agente, o el fusilamiento. Aún tengo que decidirlo. (El enlace fue retirado a solicitud del interesado, que no deseaba una constancia pública tan accesible de su inaudita vagancia para actualizar su blog). Besos

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  17. Sí, últimamente meto mucho la pata. Ya no puedo entrar en su blog porque no tengo cuenta en Google y aún así no sé si sería bienvenida. Tú puedes borrar mi comentario anterior, pero tendrás que decidir si quieres o no quieres, claro.

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  18. Estimada Agente Vera, con o sin cuenta en Google siempre serás bienvenida en mi blog. Meter la pata es una actividad placentera y todas las personas inteligentes necesitamos un lugar donde hacerlo con paz de espíritu. Te ruego que consideres este blog como el lugar idóneo. Más besos.

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  19. Gracias por los cumplidos, aunque es al blog de Ricardo al que no puedo acceder ya.
    Aquí ya me he acomodado y te iba a hacer falta mucha persuasión para echarme.
    Besos,

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  20. Me has dejado muy pensativa con lo que has señalado sobre la condición de primerizos sobre esto de la tolerancia de aquellos que han pronunciado tan desafortunada frase. Primero porque a veces la mala utilización del lenguaje deja al descubierto la verdadera intención del sujeto pensante, aquello de que se le ha visto el plumero y segundo porque yo sí creo firmemente que vivimos tiempos de tolerancia dentro de este "gremio". Porque querido júbilo matinal no hay nada como la necesidad y este gremio ha sabido adaptarse a esa necesidad como siempre lo hizo a lo largo de su historia, buen ejemplo de ello sería el post que acaba de publicar miroslav. Y como segundo ejemplo tendríamos el hecho de que no hay excomuniones cuando todos los creyentes vivimos situaciones personales condenadas por estos obispos y que en otros tiempos nos hubieran llevado no ya a la excomunión en sí, sino a la hoguera. Pero qué duda cabe que vivimos en tiempos de estadística y nos necesitan, sí, a todos nosotros, para engrosar esas estadísiticas de poder. Me alegro que me necesiten, por otra parte, creo que una excomunión sería demasiado dura para mi espíritu.

    Otra muestra de su tolerancia sería su obligación de perdón, cualquier pecado han de perdonar por poco que su intolerancia les permita tolerarlo (hala vete a saber si he expresado algo correctamente o se me acaba de ir la pinza).

    El caso es que este gremio por muy primerizos que sean saben manejar la tolerancia correctamente, por lo menos a lo que a sus objetivos se refiere, porque no olvidemos que en lo que no son primerizos es en que son "animales políticos" y este tipo de animal ha demostrado a lo largo de su historia ser vérsatil, entierran y desentierran aquello que en cada momento es afin a sus objetivos. El buen político es el que utiliza las medidas efectivas a lo que pretende, la tolerancia hoy les es verdaderamente productiva, ahí están las estadísticas si no.

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  21. Hola, Amy, bienvenida. Gracias por tu vista y tu comentario.

    Es cierto que los obispos -la Iglesia- como todo buen profesional del poder, siempre han manejado bien la tolerancia como herramienta política, es decir, siempre han sabido tolerar a quien no podían vencer y necesitaban para sus fines, unos más santos que otros. Véase, como dices, el estupendo post de Miroslav. En tiempos toleraban los disparates de los reyes europeos de cuyos ejércitos dependían, y hasta bendecían los tanques de Mussolini que partían a aplastar abisinios, y hoy toleran también muchas cosas: la ancha manga en materia de costumbres de los pocos feligreses que aún les quedamos, o la competencia que sus distintas Patrias le hacen a Dios en la conciencia de los numerosos y mimados nacionalistas que se declaran católicos, desde Croacia hasta el País Vasco. Se me ocurren así, como ejemplos. En eso no son bisoños ni primerizos, al contrario: pocos con más experiencia que ellos en mirar para otro lado cuando eso es lo recomendable.

    En lo que son novatos, y se les nota, es en la postura de proclamar la tolerancia como una virtud. Hasta ahora la practicaban a su conveniencia, pero solo en privado y para algunos casos "delicados" declaraban que estuviera bien hacerlo. La tolerancia no era un valor oficialmente eclesiástico, sino todo lo contrario: lo que primaba era la firmeza en los principios.

    Ahora han oído campanas y no saben dónde; y dispuestos como están a patrimonializar cualquier valor "laico" que suene bien, se han apuntado también a este sin examinarlo demasiado, y se ve que aún no lo manejan del todo. No saben exactamente dónde hay que colocarlo, como se aprecia claramente en este lamentable comunicado.

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  22. Sí, será eso, que la invitación eterna a la discreción, que desde la Iglesia y desde las buenas maneras se nos pedía, va quedando obsoleta por aquello de que cada vez es menos puesto en práctica. De todas formas no sé que es peor si el tufillo a hipocresía del que aparenta una vida santa llena de perversiones o el tufillo a tolerancia de aquel que pretende hacernos ver que todo es respetable. Sólo con declarar intolerable a la hipocresía, acabaríamos con el juego político y su nuevo aliado, el marketing (hay que ser muy sutil para desgranar la pequeña diferencia que hay entre la discreción y dicho marketing, quizás que lo segundo se estudia en las universidades¿?).

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  23. Os habéis ido por otras ramas, pero, por alusiones, tengo que volver a los asuntos familiares. ¿En qué te basas, so iznorante, para tildar de desafortunada mi intervención? ¡A ver si te vas a quedar sin torrijas, la próxima vez que me veas!
    Y, si, María, Ricardo es mayor que los tres (incluyendo al italiano) pero YO soy la mayor de estos tres pequeños, y sigo insistiendo: Todo lo que saben se lo he enseñado yo. ¡Vamos, hombre!

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  24. Cigarra, donde dices "María" quieres, me imagino, decir "Isabel". Quizás aplicando al resto de tu comentario un proceso de transformación equivalente mejore algo, no pierdas la esperanza....

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