jueves, 12 de marzo de 2009

Experimentos musicales transmediterráneos

Para Güili


Júbilo Matinal y Hno. - Tierra Salteña (Folclore argentino)

Nunca aprendí a tocar la guitarra. Todos mis hermanos la tocan, unos mejor y otros peor. Pero yo, que tengo tan buen oído como cualquiera de ellos; que sé siempre qué acorde hay que poner, de qué notas se compone y dónde hay que poner los dedos para que suenen, no soy capaz de hacerlo por mí mismo. No sé pisar las cuerdas, ni sé rasguearlas, qué le voy a hacer. Nunca he podido acompañarme con una guitarra, ni hacer con ella nada más allá de un punteo cochambroso con el pulgar, marrando la mitad de las notas, por más señas.

De modo que lo de cantar a dúo con mi hermano menor -o con cualquier otro; pero el pequeño es el que durante más tiempo me quedó a mano- además de un placer era una necesidad. Podíamos cantar a dos voces y él, además, tocaba la guitarra, (estupendamente, encima, dicho sea de paso). Durante mucho tiempo lo hicimos así y obtuvimos grandes éxitos de crítica y público.

Pero el muchacho salió viajero. Primero se fué a Estados Unidos, luego a Italia, y hace ya unos cuantos años que vive allí. Lo cual está muy bien desde muchos puntos de vista: se doctoró, se casó, y tiene una mujer encantadora y unos hijos estupendos, todos ellos piamonteses, y, en general, la vida le sonríe, de lo que yo estoy satisfechísimo. Pero me dejó sin quien me hiciera las segundas voces y, sobre todo, sin quien me acompañara a la guitarra. Y pueden creerme si les digo que, de los muchos motivos por los que lo añoro, esta privación no es el menor. Lo digo con toda tranquilidad. Sé que él me entenderá perfectamente y sabrá que al decir esto no incurro en falta de amor fraternal, sino, en todo caso, en sobra de una modalidad específica, musical, de él.

Hace un tiempo, empero, me hice con un programa de ordenador estupendo. Se llama Goldwave y, además de grabar música en todos los formatos imaginables, te permite hacer con ella un montón de cosas: puedes subirla y bajarla de tono, acelerarla y retardarla y, como te dibuja un gráfico del sonido, a la escala de tiempo que tú quieras, te permite localizar exactamente una fracción cualquiera de música, así dure microsegundos, y borrarla, cortarla, copiarla, pegarla... Y, lo que es más importante de todo: puedes superponer dos músicas para que suenen al tiempo y, cortando aquí y pegando allá, sincronizarlas para que, encima, suenen bien...

Para alguien que desde los cuatro años vive como una seria frustración la imposibilidad de cantar dos voces a la vez, es fácil ver que un programa así fué una especie de regalo del cielo. Me dí a experimentar y no tardé en darme cuenta de que si primero se graba una voz:



y luego otra:



y luego se superponen y se sincronizan con cierto cuidado, el resultado queda de lo más armonioso y, oyéndolo, nadie diría que ambas voces no han sido cantadas al tiempo:



Esto me resolvía, o al menos paliaba, la cuestión de las dos voces. Pero seguía sin tener quien me las acompañara. Hasta que un día caí en la cuenta de que mi hermano, aunque en tierras lejanas, seguía teniendo una guitarra y sabiéndola tocar. Y de que bastaba con convencerle de que tocara el acompañamiento, lo grabara y me lo enviara, para tener resuelto el problema.

La parte más difícil fue conseguir que se pusiera a la tarea. Hicieron falta cosa de quince correos a lo largo de dos o tres meses, alternando las amenazas, los halagos y el más repugnante chantaje emocional, para que me enviara por fin el archivo mp3 que me llegó hace una semana y que me hizo tan feliz. Al lado de ese esfuerzo, el de sincronizar su guitarra con mis voces, cambiar ligeramente el tono de estas, que diferían del acompañamiento en, más o menos, la cuarta parte de medio tono (parece muy poco, pero basta para hacer que suene fatal) y cortar silencios por aquí y pegarlos por allá para conseguir que coincidiesen los tempi fue, nunca mejor dicho, coser y cantar, tarea de un par de tardes apenas digna de mención.

El resultado es ese archivo que encabeza el post y que, si han tenido ustedes la disculpable flaqueza de saltarse, les ruego ahora que escuchen con benevolencia, en atención a sus raras circunstancias, ya que no a sus discutibles méritos musicales. Las dos voces son mías, cantadas dos veces cada una, para que hagan más bulto, y superpuestas las cuatro. El acompañamiento, de mi hermano, tocado a la guitarra dos meses después y mil cien kilómetros más al nordeste. La mezcla es, a partes iguales, mía y de Goldwave.

Si oyéndolo disfrutan ustedes solo la décima parte de lo que he disfrutado yo, y espero que mi hermano, al confeccionarlo, daré por bien empleados nuestros experimentos musicales transmediterráneos.

Y si no, también, para qué les voy a engañar.

26 comentarios:

  1. Pues creo que he disfrutado hasta una tercera parte de lo que tú lo has hecho, así que date por más que satisfecho (coño, un pareado). El experimento desde luego me ha anonadado y me ha gustado mucho. Yo, lamentablemente, no sólo no sé tocar la guitarra (ni ningún otro instrumento musical) sino que tampoco gozo de oído (oreja y gracias). Lo cual no me impide, al contrario, disfrutar como un enano con la música.

    ResponderEliminar
  2. !Qué alegría me ha dado leer este post¡ Mi verdadero júbilo matinal aparece cuando el Sr. Vanbrough cuelga algo nuevo. Por desgracia el ordenador que tengo en el despacho no me permite oír la música más que como un lejano rumor. Sin embargo he disfrutado mucho con tu entusiasmo técnico-musical y mucho más rememorando a los dos hermanos cantando juntos, hace muchisisiiiiisimos años, en el colegio, en algún campamento o juerga e, incluso, en su casa. Siempre fue una gozada escucharos y también a cada uno en solitario (tú eras mejor, Van).
    Por cierto en mis confusos recuerdos te veo tocando la flauta en un escenario... ¿Estoy gagá?.
    En fin, deberíais haberos dedicado a cantar ¡qué pérdida para la humanidad! y, además, hubierais ligado AÚn MÁS, ya sabes la debilidad de las chicas por los que cantan (incluso aunque no sean Argentinos, qué se le va a hacer)
    Cuando llegue a cas me empapo la canción enterita.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. ¡Formidable!
    Pero hay un fallo tan evidente, una carencia tan lamentable, un vacío tan clamoroso, que no me explico cómo te has atrevido a exponerlo a la vindicta pública de esa manera:
    ¡AHÍ FALTA UN BOMBO!
    Y, señores,aunque no lo crean, YO tengo un bombo legüero, en perfectas condiciones de uso, que está clamando por encontrar un rincón musical donde emplearse a fondo.
    ¡Que vida les voy a dar a mis familiares y amigos hasta que mi ejecución rítmica quede impecablemente encajada en esta obra maestra, y puedas grabar una pista más, esta vez con el acompañamiento sonoro que pide la zamba a voces!
    Aparte de todo, sois formidables, los dos, el cantor y el guitarrista, porque sonais como un conjunto mucho más numeroso. Increíble.
    Yo, que soy mas expresiva que Miroslav, diré que he disfrutado como un guarro en un charco.

    ResponderEliminar
  4. Como yo esperaba, la canción es deliciosa, y el montaje espectacular. No obstante lo que más me gusta es imaginar la tierna imagen de Vanbrough cantando a capella solito en la intimidad de su cuarto de estar, primero una voz y luego la otra, y repetir, y disfrutar como un enano o como un guarro y especular sobre cómo sonará el experimento y si su hermano querrá o no participar y si se emocionará o no al escucharlo. Y, mientras, los del piso de al lado cerrando bien sus ventanas para que los cantos del vecino no se interfieran en la retransmisión de los goles del Liverpool. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  5. Gracias, Miroslav. Me alegro de que te haya gustado, aunque la verdad es que no esperaba menos de tu amabilidad.

    Gracias también a tí, Magistrada. Yo también tengo algún remoto recuerdo de eso que dices, de modo que no estás gagá, o quizás es que lo estamos los dos. En cuanto a la pérdida de la Humanidad, precisamente esto que hago es para intentar resarcirla.

    La grabación ha sido bastante tal como la describes, quitando los goles del Liverpool (lo grabé bastante antes). No sé qué pensarían los vecinos, pero al otro lado de la casa mi mujer y mi hijo se preguntaban si me había vuelto definitivamente loco, cantando sin parar lo mismo una vez tras otra y gritando como un poseso cada vez que se intentaban acercar a la puerta, los pobres.

    Cigarra, ya sabes lo que tienes que hacer. Tú graba la parte del bombo, mándamela en el formato que prefieras, y te prometo solemnemente que la incorporaré al potpourri y colgaré aquí el resultado.

    ResponderEliminar
  6. Pero mi problema es que no tengo microfono con el que grabar, ni se cómo se hace ni nada que se le parezca. Yo soy una artista acostumbrada al directo, qué quiere usted que le diga. No hago play back ni Dios lo permita. Así que no voy a tener más remedio que irme a tu casa con el bombo y grabarlo allí para que, entonces si, los vecinos se manifiesten en la escalera y tu santa esposa e hijo pidan el divorcio, los dos.

    ResponderEliminar
  7. Tengo una objeción que hacer al texto del post, una vez comentado a placer el experimento musical: cuando dices "tengo tan buen oido como cualquiera de ellos" tengo que decir que no, que creo que lo tienes bastante mejor que casi cualquiera de ellos. Lo que pasa es que te ajustas casi mejor que ninguno al patrón familiar según el cual, cuanto mejor dotados estamos para una actividad, menos caso hacemos de esa facultad, y mas la relegamos al capítulo de lo que no sirve para nada y menos que nada para ganar dinero. Porque sólo un gen familiar nocivo y predominante puede haber hecho que el mayor no se forrase con la música ligera o el dibujo cómico, que el segundo no llegase a relojero mayor del reino, que Anamary no triunfase de verdad en el periodismo, que tu mismo o el chiquitín no os ganaseis la vida en serio con la música o que yo no me dedicara a restaurar manuscritos que es lo que me gusta de verdad. Dañino sino el nuestro, dedicar nuestros mejores esfuerzos a no ganar una perra con lo que mejor se nos da. Ay.

    ResponderEliminar
  8. ¡Qué barbaridad de Júbilo Vespertino!

    ResponderEliminar
  9. Cuánta razón tienes, Cigarra. (No en lo de que yo tenga mejor oído, en todo lo demás.) Creo que tenemos profundamente asimilada en alguna circunvolución genética, si existe tal cosa, la idea de que ganar dinero es una ordinariez, y de que obtenerlo a cambio de nuestra actividad no deja de ser una lamentable forma de vendernos. De modo que, con buen criterio, vendemos precisamente lo que menos nos importa de todo lo que sabemos hacer...

    Jo, La Uge, lo que hay que hacer para conseguir que tú hagas un comentario...

    ResponderEliminar
  10. Técnicamente formidable, aunque me alegro que ese hermano pequeño tuyo escapara de tus garras (y para irse con una piamontesa, uhmm, no hay color), porque...francamente...lo usabas de karaoke, y eso no es.

    ResponderEliminar
  11. A mí esa interpretación que haces de lo que yo creo una estupenda colaboración fraternal me parece tosca y malintencionada, querido Lansky; pero lo cierto es que el muchacho se fue y ya no ha vuelto. Tendré que investigar, no sea que tengas algo de razón.

    Ahora, al karaoke se parece mucho más lo que hacemos ahora que lo que hacíamos antes.

    ResponderEliminar
  12. Claro: antes usabas a tu hermano de karaoke y ahora usas al karaoke de hermano. Mejor, éticamente mejor.

    ResponderEliminar
  13. Jajajaja! Buenísimo! Si supiera hacerlo te grabaría un aplauso! Me ha parecido un conjunto muy afinado y divertido. Enhorabuena a ti y a tu hermano. Y al otro...!

    Un beso muy grande y espero el bombo de Cigarra. El instrumento, naturalmente.

    ResponderEliminar
  14. Me has dado una idea, Zafferano: voy a grabar un aplauso cerrando nuestra sentida -por todos sus oyentes- interpretación.

    Tú sabes más de eso, Lansky, pero creo que las cigarras son ovíparas.

    ResponderEliminar
  15. Pues si que debo de ser ovípara, porque hoy, por ejemplo, que sigo en el curro a estas horas, estoy hasta les oeufs ¡ufs!

    ResponderEliminar
  16. Qué buena idea! Así se convertirá en una actuación en directo! Si necesitas algún grito de fondo, me presto.

    Besos

    ResponderEliminar
  17. Vale, Zaffe. Mándame una buena batahola en mp3. Acordáte de poner acento argentino, si podés.

    ResponderEliminar
  18. ¡Emocionada estoy!. Anda, grábate más, que, casi, casi, me gustáis más que Los Chalchaleros...
    Y no os quejéis nunca mais (lo digo por el tercer comentario de Cigarra), que sois todos listísimos y, encima, disfrutáis como "los guarros en la charca" con TODO lo que se os ponga delante, aunque no os hagáis de oro explotando vuestras dotes...
    Besos, y a Güili que nos estará escuchando.
    Carmen

    ResponderEliminar
  19. Gracias, Carmen. Más que Los Chalchaleros no, mujer. Ya sabes que no me gusta que se blasfeme en este blog.

    Tienes mucha razón. No sé si somos listísimos o solo despiertillos, pero es verdad que disfrutamos. Si algo de lo que he dicho ha sonado a queja, lo corrijo ahora mismo.

    ResponderEliminar
  20. Cigarra: la solución a tu falta de micrófono (te regalaré uno por tu santo, que debe de ser uno de estos días) es que aporrees el bombo con fuerza suficiente como para que Vanbrough lo pueda grabar en directo

    ResponderEliminar
  21. Estoy aporreando el bombo, según el consejo de Ricardo. ¿Me oyes?
    También se me ocurre que me puedes grabar por teléfono ¿eh qué tal?

    ResponderEliminar
  22. Algo me llega, Cigarra. Confuso, pero algo. Ahora, más que a zamba me suena a ragtime. Han debido interferir en algún punto las excavadoras municipales...

    ResponderEliminar
  23. eres chulético, van. hace muchos días que la oí, está muy bien la copla, el montaje, la guitarrita, las voces, el bombo obstinado de cigarra intentando atravesar la ciudad. ya os lo dije alguna vez, tenéis que adoptarme, darme por perdida y cantarme canciones.

    besos

    ResponderEliminar
  24. Me ha gustado mucho ese adjetivo, d.m., me lo apropio. Chulético.

    Estamos más que dispuestos a adoptarte y hasta a cantarte todo lo que tú quieras -aunque nunca hubiera pensado que la zamba argentina fuera tu estilo, me encanta que te haya gustado.- La dificultad, querida camionera, es que tú eres más bien esquiva y huidiza. Es parte de tu encanto, pero complica notablemente la adopción.

    Entre misión y misión -echo de menos tus historias de espías- date por adoptada.

    ResponderEliminar
  25. yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

    ResponderEliminar