miércoles, 16 de marzo de 2011

Injurias al rey

Mira que me fastidia que se mezclen distintas cuestiones como si fueran la misma. Así que vivo en un casi permanente fastidio, porque la realidad se empeña constantemente en mezclar unas cuestiones con otras, y casi nadie se ocupa de distinguirlas adecuadamente.

(Quiero decir, claro, que casi nadie se ocupa de presentarlas como yo creo que deberían ser presentadas, y siempre me acaba tocando hacerlo a mí. No doy abasto...)

Vamos a ver: a mí también me cae muy gordo Otegui. Me cae gordo él personalmente, por su siniestra trayectoria de terrorista y defensor del terrorismo y por su jeta y tonillo de matoncete jovial, convencido de que no hay más remedio que hacer lo que él quiere, por las buenas o por las malas. Y, sobre todo, -porque personalmente no sé de él mucho más que esas dos cosas- me cae gorda su figura pública de dirigente y portavoz de uno de los fenómenos que más detesto, el nacionalismo. Como ya lo he hecho en otras ocasiones, no voy a explayarme aquí sobre lo que pienso del nacionalismo -de cualquiera de ellos, con su imbécil sacralización de la "nación", concepto que juzgo dañino en sí mismo- y en particular del nacionalismo vasco que a los defectos generales de cualquier nacionalismo suma, a mis ojos, otros dos específicos suyos y especialmente graves: el de basarse en una versión falseada y mentirosa de la historia, en una "nación" vasca que jamás existió, y el de llevar más de cincuenta años tratando de imponer su aberrante mitología tribal por el procedimiento de asesinar, secuestrar, torturar y amedrentar conciudadanos.

Queda dicho, pues. Lo que sigue no es una defensa del nacionalismo vasco, que me repugna personal y profundamente, ni de Arnaldo Otegui, al que considero un apropiadísimo representante suyo.

Pero estos sentimientos, que creo que comparte bastante gente, no me impiden ni deberían impedir a nadie razonable reconocer que la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que ha declarado ilegal la condena de Otegui por "injurias al rey" es justa y adecuada, precisamente porque la condena a que se refiere no lo fue. Por mucho que la dictara el Supremo y la refrendara el Constitucional, y por mucho que sirviera para meter en la cárcel a un sujeto al que tantos ven con tanto gusto en ella.

El Tribunal de Estrasburgo ya ha dejado claro, con mejores argumentos que los que yo podría dar, que las opiniones sobre personajes públicos están lógicamente amparadas por el derecho a la libertad de expresión. Dicho de otro modo: si uno no quiere ser público objeto de críticas o de opiniones que no le agraden, no debe ocupar cargos públicos. Y si los ocupa, debe aceptar de antemano que sus actuaciones públicas en el ejercicio de esos cargos merezcan toda clase de valoraciones; y aguantarse con ellas, las que le gusten más y las que le gusten menos. Va en el sueldo. Desde el rey hasta el alcalde del último concejo abierto.

Pero es que, además:

Al parecer lo que dijo Otegui, y lo que le valió su condena, ahora declarada ilegal, es que el rey era el responsable de los torturadores

Si no hay tales torturadores, entonces a quien ofendió Otegui diciendo que sí los había es al Estado español, y es por esa ofensa al Estado, y no al rey, por la que, si resulta ser delito, debería habérsele juzgado y, en su caso, condenado. 

Lo grave, digo yo, es acusar falsamente a un estado de torturar. Decir que el jefe de un estado es responsable de lo que ese estado haga es decir una obviedad bastante indiscutible.

Y si, como Otegui afirma, sí hubiera tales torturadores -¿alguien puede negarlo con total seguridad? ¿Alguien se ha molestado, siquiera, en entrar en esa cuestión, que es la fundamental?- entonces también yo diría que el rey, jefe de un estado cuyos funcionarios hipotéticamente torturaran, sería el responsable último de los torturadores y de las torturas, y no creo que nadie pudiera discutírnoslo, ni a Otegui ni a mí. Ser el jefe del estado, o quiere decir eso, o no quiere decir nada en absoluto. 

Francamente, no veo otro modo razonable de enfocar la cuestión, gústennos o no el nacionalismo vasco y Otegui; y me reconforta que haya un tribunal en el mundo, aunque tenga que ser en Estrasburgo, que parezca opinar lo mismo que yo.

Lo que ya no me reconforta tanto es que los dos máximos órganos jurisdiccionales de mi país hayan ignorado la cuestión de fondo -¿se tortura en España, como denuncian los etarras y sus palmeros, o es otra más de sus mentiras?- para ocuparse de una figura tan discutible y, en comparación, tan poco importante como la de las injurias al rey y, encima, aplicarla mal. (Lo dice el Tribunal de Estrasburgo, no yo).

Como consecuencia de lo cual ahora Otegui está en la calle, con más aire de matón invicto que nunca y con veinte mil euros más en el bolsillo, salidos de los nuestros.

Un manejo del asunto realmente eficaz e inteligente, como ven. Tan inteligente y tan racional como todo lo que tiene que ver con ese modelo de instituciones inteligentes y racionales que es la monarquía, Dios nos la conserve muchos años.

42 comentarios:

  1. Impecable. Hace ya muchos años, cuando el asunto de los GAL, en el Congreso pasó por la tribuna de oradores Jon Idígoras y dijo una serie de verdades como puños. Naturalmente, todos los que intervinieron después (que fueron casi todos por HB, al tener pocos diputados, era de los primeros grupos en tomar la palabra) condenaron las palabras de un representante de los terroristas. El tema de los GAL fue pues acallado porque esos tipos de HB no tenían derecho a la palabra.

    Yendo a otro asunto, no deja de ser molestamente puñetero que exista la figura penal de las injurias al rey, cuando debería bastar con la de injurias. Pero, como bien dices, eso es lo que significa tener monarquía, que Dios o el Diablo guarden muchos años.

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  3. Hasta las narices estoy de estar absolutamente de acuerdo contigo casi siempre, como es el presente caso; hoy que me había levantado con ganas de disentir...Los Borbones, salvo quizás aquel Carlos III y el Fernando VI, no han traido más que desgracias a este país, son una dinastía especialmente chupóptera dentro de la lamentable institución genérica que son las monarquías. Y el hijito, si llega, será peor que el golfo del padre, ya veréis.

    (Espléndida exposición de Brassens en Paris; me voy a ir a verla, entre otras cosas)

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  4. Gracias, Miroslav y Lansky. Vuestro acuerdo conmigo me reconforta casi tanto como el del Tribunal de Estrasburgo. Ya somos cuatro.

    La redundancia estúpida e innecesaria de las "injurias al rey" -¿por qué ha de ser un tipo penal distinto injuriar al rey que injuriar al tendero de la esquina?- no es culpa solo de que seamos una monarquía, creo; hay toda una tendencia en nuestro último derecho a duplicar y complicar innecesariamente los tipos penales, y los supuestos legales en general. Si pegas a tu novia atentas contra una ley distinta que si pegas a tu vecino, y este último caso también es un tipo distinto si el vecino es negro o si es blanco... Todo muy bien pensado.

    Como hoy estoy autopromocional, citaré otro post antiguo mío en el que hablo de la cuestión.

    (Lansky, cabrón, ¿te vas a París?)

    (Miroslav, tengo gran curiosidad por conocer tus matices a los desafueros musicales de mi anterior post)

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  5. ¡Sí! Me voy a París porque si no me pilla Abril que es el ems más cruel. Me voya París para dejar en evidencia al propio Georges, que dijo: "Antes de decir que soy inmortal, espérense a que esté muerto", bueno, pues ya he esperado. Me voy a París, porque P. no lo conoce, y eso si que es demasiado (pero seguiré en contacto, P. no va a ningún lado sin su perra y su ordenata portatil)

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  6. Vanbrugh, tienes razón: te debo unos matices. Pero no sabes la marcha a la que voy, y para matizar se requiere un poco de sosiego. A ver si lo encuentro este fin de semana, mientras Lansky enseña París a Fósforo y Jara.

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  7. Yo creo que todos tenemos una tendencia "natural" de dividir a la gente en buenos o malos. Si alguien cae en el saco de los malos, ya puede tener más razón que un santo que cualquiero cosa que diga está mal o nos empeñaremos que así sea. Y con los buenos pasa exactamente igual pero al contrario, ya pueden decir burradas como aquella que dijo el rey sobre la adecuado de estar calladito a cierto presidente sudamericano. Creo que reirle la gracia al rey, del que siempre se argumenta para justificar la monarquía, que es un diplomático excelente y que cometió un "conflicto diplomático" tremendo con aquel comentario, me parece esclarecedor sobre lo que comentaba de los buenos y los malos.

    Una pena.

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  8. Sí, Amaranta, justo a ese mecanismo de que hablas me refiero cuando hablo de mezclar cuestiones. A esa tonta simplificación por la que es bueno todo lo que hacen los buenos y malo todo lo que hacen los malos. Está extendidísima, es casi imposible de combatir y es una fuente de estupideces peligrosas de caudal y alcance incalculable.

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  9. Pero Van... Qué dices que hacen los funcionarios?

    Un besote!

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  10. ¡Qué sé yo lo que habré dicho, Zaffe! ¡Con la de cosas que tengo en la cabeza!

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  11. Me ha gustado este post, como siempre me ocurre.
    Me parece, sin embargo, fuera de lugar el último párrafo, y no porque no esté de acuerdo con él, sino porque desvía totalmente la intención de todo el texto.
    Tu tesis de la adecuación de la sentencia de Estrasburgo sería igualmente válida si vivieramos en una república y Otegui hubiera sido condenado por injurias al presidente (Estoy seguro de que, en una república, aquí, existiría esa figura)
    Y al incluir ese párrafo has perdido fuerza en tu argumentación. Como prueba basta ver que varios de los comentarios se han desviado hacia críticas a la monarquía sin atender a la impecabe lógica de tu tesis sobre la sentencia.

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  12. Muy cierto lo que dices, Ricardo. El último párrafo ha sido un impulso antimonárquico irreflenable, sin relación rigurosamente lógica con el razonamiento que le precede.

    Pero el caso es que yo no creo que ninguna república que merezca tal nombre, ni siquiera una hipotética repuública española, como pesimistamente apuntas, pueda contemplar la figura penal de injurias al Jefe del Estado. Semejante absurdo antidemocrático, residuo no sé si del franquismo o directamente del feudalismo, solo puede darse en un régimen tan esencialmente antidemocrático como es una monarquía.

    Y el untuoso servilismo con que los más preclaros juristas han corrido a defender y a aplicar un tipo penal tan indefendible es también consecuencia, creo, del servilismo untuoso con el que todas las instituciones de este país, supuestamente de izquierdas, tratan siempre a la corona y a sus representantes.

    Yo creo, sinceramente, que toda esta estupidez es una estupidez típicamente monárquica.

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  13. Su excelencia el rey Juan Carlos I se ganó la simpatía de la España democrática durante los acontecimientos del 23 F, pero poco a poco ese respeto se ha ido debilitando y quizás con el tiempo simpatía y necesidad se vayan consumiendo hasta agotarse. De momento, creo que es bueno reconocer que aún siendo una figura decorativa y anacrónica, la monarquía tiene la virtud de tranquilizar los sentimientos ciudadanos ante las muchas incertidumbres políticas. Es como si nuestra complexión política demandara estar acaudillada, o contar con algún valor seguro. Entonces, a pesar del absurdo ideológico que ello supone, arropamos su iconografía con todo tipo de prerrogativas reales. Lo que bien pensado no nos cuesta demasiado en comparación a sus beneficios.

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  14. Hola, Atman. Ese de los 'beneficios' que supuestamente nos procura la existencia de una figura permanente y equilibrada como la del rey es, en mi opinión, un mito exitosamente difundido y afianzado, pero perfectamente falso. No sé de nadie real a quien la existencia de un rey tranquilice en sus incertidumbres, ni se me ocurre en virtud de qué mecanismo podría hacerlo.

    Pero aún suponiendo que fuera cierto, aducir esa problemática 'virtud tranquilizante' en defensa de la monarquía ("no nos cuesta demasiado", dices) es como defender que al niño problemático y de mala conducta se le administren permanentemente sedantes, porque le mantienen tranquilo y 'no cuestan demasiado'. Efectivamente, los sedantes no son prohibitivamente caros. Arruinan la salud del niño y lo idiotizan definitiva e irremediablemente, pero se pueden pagar sin gran problema y evitan que grite, muerda y dé patadas, como parece seguro -al menos eso dice el farmacéutico que nos los vende- que haría si no los tomase.

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  15. Yo pensaba que era beneficioso, en fin… Pediré una segunda opinión médica.

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  16. Ejém, Vanbrugh, creí que este blog era una zona verde, pero veo que empiezas a ponerle alambre de espino. Hablo al hilo de tu comentario, verde Gadafi, que has colocado a modo de frontispicio. Y respondo a tu petición, con palabras sencillas, ¿eh?

    Veamos:
    Saddam masacraba a sus súbditos, y Gadafi, también
    Irak tenía petróleo, y Libia también y está aún más cerca
    Irak no tenía armas de destrucción masiva (según y cómo) ni Libia
    Saddam se ponía a veces chulo con las potencias occidentales, Gadafi más.
    …¿entonces? (encore) Resumo: Contagio y ejemplo ¿Preciso más? Preciso

    Efecto contagio: Túnez y Egipto han dado buen ejemplo cargándose sus regímenes sin quemar una sola bandera EEUU ni clamar contra el infiel, y han contagiado a Libia, Argelia, Bahréin Yemen, Marruecos, e incluso a los peores: Siria y Arabia Saudí, pero Gadafi ha contra replicando y reprimiendo la asonada que le correspondía y eso es un mal ejemplo.

    ¿Te vale?

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  17. Hola, Lansky. Siguiendo tu ejemplo, he comenzado a utilizar la parte inferior de mi frontispicio para colocar pequeñas notas de carácter, o tema, más transitorio que los de los post. De hecho son perecederos. Cada vez que ponga uno nuevo, en principio, desaparecerá el anterior.

    Aunque en general trato de no contaminar de actualidad este mi sacrosanto blog, dado el medio informal y provisional de que se trata me he permitido aludir hoy a esa duda que sinceramente me tiene bastante perplejo.

    (El color verde es solo un intento gráfico de diferenciar el texto del aviso del resto del blog. No tiene nada que ver con Gadafi. Mi anterior aviso, en el que no se fijó nadie, creo, y con el que celebraba la innovación léxica de nuestro presidente al hablar de "compatriotas de otros paises", también estaba en verde.)

    Tu explicación no me vale, no. Explica muy bien, en términos que yo mismo habría podido usar, por qué las naciones occidentales, esto es, sus dirigentes, han creído necesario actuar contra Gadafi en Libia como actuaron contra Sadam en Iraq. Pero esa es una cuestión muy clara que no me produce duda alguna. Lo que corroe de incertidumbre mis neuronas, y tú no me explicas, es: ¿Por qué contra la intervención en Iraq hubo en España millones de manifestantes y contra esta, que a mí me parece sustancialmente igual (de buena o de mala, según se miren: pero mirando igual a ambas, porque no veo ningún motivo para mirarlas distinto) nadie, salvo IU (coherente por una vez) ha enarcado una mala ceja?

    Sigo expectante aguardando que alguien me lo explique.

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  18. Te repito: porque sienta un mal ejemplo al demostrar que las revoluciones democráticas del Mogreb y oriente Próximo en marcha se pueden parar conr epresión, y eso es malo, por eso yo también, aunque por razones no sé si distintas, estoy a favor de la intervención militar en Libia y profundamente decepcionado con Gaspar Llamazares, no así con su colega catalán de Inicative.

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  19. Vaya.para una vez que Llamazares no me decepciona a mí, te decepciona a tí. Qué ciudadano más vocacionalmente decepcionante, este pobre Llamazares.

    Hablando de decepciones, el argumento de que atacar a Gadafi (lo que, claro, significa matar a unos cuantos centenares o millares de personas) te parece bien porque "constituye un mal ejemplo" no me choca nada en boca de, por ejemplo, Blair. O en la de Obama. O en las de Bush o Aznar, si a eso vamos. En la tuya, o en la de cualquier otro ciudadano de a pie al que crea decente, te confieso que esa decepción de la que hablas es la palabra que más automáticamente se me viene a la mente al escucharlo.

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  20. Hablando más generalmente: la mera existencia de cualquier dictador, desde Gadafi hasta el coreano de nombre impronunciable, desde Castro hasta Pinochet, pasando por Sadam Hussein, que era uno de los peores, constituye un mal ejemplo. Los democráticos occidentales llevamos décadas soportando con estoicismo la presencia de esos malos ejemplos, que no parecen alterarnos mayormente la digestión salvo cuando al mal ejemplo democrático -todos se mantienen a base de una feroz represión- el dictador de turno suma alguna amenaza más molesta a intereses más sustanciosos y directos nuestros. Entonces descubrimos de repente que el mal ejemplo no puede ser tolerado por más tiempo, y rápidamente damos nosotros otro ejemplo buenísimo de cómo quitar de enmedio al díscolo dictador y dejar su pais en un caos que probablemente sus ciudadanos consideran más insoportable aún que la represión anterior, que al menos era conocida y previsible.

    Lo siento, pero tu construcción de urgencia para justificar por qué en Libia está muy bien lo mismo exactamente que en Iraq estaba muy mal no me convence. No dudo de que sea cierta en tu caso, pero algo me hace sospechar que no es lo que está detrás de la sorprendente diferencia entre las reacciones ciudadanas a aquella y esta guerra.

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  21. ¿Hacer una tortilla sin romper huevos, como suele decirse, Gandhi mío?¿No comer tortilla?

    Decepciónate conmigo, anda, yo te confieso que me siento mucho más decepcionado cuando una y otra vez, reiterada y pesadamente, estoy de accuerdo contigo, no sabes qué alivio disentir y decepcionarte.

    De bacalao (la tortilla, digo)

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  22. y de impronuunciable el coreano nada de nada, el nuestro se llama Juan Carlos King, y aquel se llama nosecuantos Kim

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  23. Está claro que las tortillas, siempre, se hacen rompiendo huevos. Lo que personalmente no tengo nada claro es por qué romper unos huevos se le antoja a todo el mundo el peor de los crímenes y romper otros -igual de huevos e igual de rotos- en cambio le parece a todo el mundo de perlas. Por qué unas tortillas son execrables y otras en todo similares, plato del día.

    Sospecho fuertemente que a millones de españoles lo de romper huevos le parece mal o bien, exclusivamente, según quién los rompa, y según cuánto se les azuce para escandalizarse por la rotura. Y eso sí que me rompe los huevos a mí.

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  24. Ni los modales ni las intenciones son las mismas. La guerra de Irak fue una agresión interesada basada en la mentira, mientras que la intervención en Libia está siendo una colaboración desinteresada basada en la solidaridad. No querer verlo me resulta como ha dicho Lansky, decepcionante.

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  25. Interesante distinción esa de los modales, Atman. Realmente, entre disparar un misil que produzca cincuenta muertos y destruya varios edificios con buenos modales y disparar un misil que destruya varios edificios y produzca cincuenta muertos con malos modales hay una enorme diferencia que debería avergonzarme de no haber apreciado hasta ahora y, lo que es más, de seguir sin apreciar.

    En cuanto a lo de juzgar un acto por sus intenciones, se califica por sí solo. Tiene, incluso, un nombre específico, juicio de intenciones, y te aseguro que no se le ha puesto para bien. Qué decir cuando, encima, las diferentes intenciones son las que atribuyes a unos y a otros autores, porque las que ellos declaran son en ambos casos exactamente las mismas.

    Agradezco tu comentario, porque me confirma ya sin dudas lo que antes decía solo sospechar: hay españoles, tú al menos pero creo que muchos más, que juzgan los huevos rotos según quién los rompa. La palabra "decepción" se queda corta para lo que yo siento al constatarlo.

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  26. Tú que eres católico conocerás aquello de “Por sus frutos los reconocerán”. Pues eso, de la guerra de Irak sabemos que fue todo una patraña (no había armas de destrucción masiva ni rastros de Al Qaeda), que se actuó sin ningún mandato de la ONU, que el 80 % de los españoles estábamos en contra de participar en la misma, que Bush y compañía dijeron que la misma serviría para convertir a Irak en el Japón de oriente medio, y que gracias a ella también se solucionaría el problema palestino. Ja, ja, ja. Al menos esta intervención (que no guerra) tiene unos objetivos más modestos: detener el genocidio del régimen de Gadafi. También es de buenos modales no ocupar el país militarmente, no torturar a los vencidos (Imágenes de Abu Ghraib) ni bombardear a la prensa (el caso Couso). Para otras comparaciones pertinentes: contrastar las imágenes de Trípoli y Bagdad bajo fuego aéreo respectivamente. Lo siento, pero así lo veo yo.

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  27. No lo sientas, hombre, cada uno lo ve como lo ve y no hay por qué sentir nada.

    En cuanto a tus argumentos:

    - Sabemos ahora que era una patraña. Cuando millones se manifestaban aún no se sabía si era cierto o no lo de las armas de destrucción masiva ni lo de AlQaeda, y a nadie importaba saberlo para manifestarse y estar en contra. La intervención en Iraq parecía mal fuera o no cierto, antes de saberlo.

    -En cuanto al mandato de la ONU... Sinceramente, convertir semejante trámite formal, hueco, inoperante y esencialmente manejable en criterio para decidir si te parece bien o mal que se ataque a un país y se mate gente me parece el colmo no sé si de la estupidez o de la hipocresía. Dejo abierta en tu honor una tercera opción, pero no se me ocurre cómo llamarla. ¿Si Rusia o China hubieran vetado la resolución, como en buena lógica podrían haber hecho, de repente te hubiera parecido igual de mal lo que ahora te parece bien? Venga, hombre...

    - Lo de que estuviera en contra el 80 % de los españoles no es una respuesta, es mi pregunta. ¿Por qué entonces un 80 % estaba en contra y ahora no? Si me contestas eso, me estás contestando: "Me parecía mal entonces porque le parecía mal a todo el mundo, y ahora me parece bien porque a todo el mundo le parece bien." En realidad creo que es la respuesta más parecida a la acertada, pero no creo que sea, de verdad, la que me quieras dar tú.

    -También ahora Obama y compañía, sobre todo la compañía, dicen que se trata de llevar la democracia a un país árabe. Nada distinto de lo que dijeron entonces Bush y Aznar, que también hablaban entonces de detener el genocidio del régimen de Sadam. La única diferencia que veo es que ahora habéis decidido creéroslo y entonces habíais decidido no creéroslo. Una vez más, juzgais y distinguís el hecho por el autor, no en sí mismo. Invadir está bien si lo hacen los que os caen bien, y mal si lo hacen los que os caen mal. El mecanismo necio y perverso de "buenos y malos" a que se refería Amaranta comentarios arriba.

    -Si de veras quieren acabar con Gadafi, tendrán que ocupar el país militarmente. Si no lo hacen, matarán unos cuantos centenares de personas y arrasarán medio país sin el menor resultado práctico, y Gadafi seguirá reprimiendo, torturando y mantando. No se derroca a un dictador sin intervenir del todo, con solo bombarderlo un ratito para sentirse bien. Y cuando lo ocupen, si lo hacen, veremos qué pasa con la prensa y con los prisioneros. De momento el Nobel Obama sigue sin cerrar Guantánamo, donde no se tortura menos que se torturaba e Abu Graib.

    No os ofendais, pero abandono el tema. La muestra me ha bastado para comprobar que, como sospechaba, nadie puede explicarme por qué, si Iraq era poco menos que el mal absoluto, este segundo Iraq es una misión de amor y paz. De hecho las explicaciones que he recibido han servido para hacer mi perplejidad y mi casi escándalo aún más grandes y fundados. Gracias.

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  28. La verdad es que remover todo aquello de la guerra de Irak y lo de la actual Libia, da grima, por lo que me parece muy acertado dejarlo. Solo decirte que espero que por una vez no tengas razón y nosotros “los bienpensantes” sí, y además, te aseguro que no tendré el más mínimo reparo en cambiar de posición en cuanto le vea las orejas al lobo, pero de momento, con tu permiso, me mantengo en la presunción de inocencia.

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  29. En el fondo me haceis un favor, ya se me habían acabado los recursos. Gracias

    GADAFI

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  30. Volviendo al post. Todo él me sugiere que cualquier cosa suceptible de empeorar puede hacerlo (Principio de la Entropía en su versión 'de letras'). Por ejemplo, Otegui podía ser el el rey en lugar del rey. Y aún peor, el Borbón tonto del culo, podía ser Otegui...y aún peor, el Felipe heredero mucho que me temo que..., y aún peor, Otegui terminará siendo senador, y aún peor...cielo santo!!!!

    Por cierto, si no querías, como dice un comunicante invalidar tu elegante razonamiento ad hominem, no haber mencionado al Borbón, porque yo es que veo la corona y me arranco...

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  31. No creo, la verdad, haber invalidado mi argumento -gracias por lo de elegante- con la coda final, que se limita a subrayar una evidente conexión entre la estupidez cometida y el marco monárquico en el que ha tenido lugar. Pero si lo he hecho, qué se le va a hacer. Me pasa lo que a tí: me molesta mucho más que haya un rey que que Otegui esté en la calle.

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  32. Pues volviendo al letrerito de marras, echaré un cable a tus recelos, y no es precisamente la comparación con Irak y de Gadafi con Sadam, sino el doble rasero con la franja de Gaza palestina y los abusos de Israel. ¿Para cuando una intervención española, francesa, italiana, alemana, estadounidense, italiana, para poner,-nunca mejor dicho- a los israelíes en su sitio?bajo la bandera de la ONu, de la OTan o de la Santísima Trinidad. Ah, que los palestinos no tiene petróleo...

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  33. Querido Vanbrugh:Me ha rescatado de sopor dominical el entrar en tu blog y darme cuenta de que has comenzado el año con redobladas energías.

    Como a lo mejor no lees comentarios a entradas anteriores me concentraré en la última, la dirigida a las injurias al rey. La verdad es que lo que más me ha llamado la atención es que tu primera frase te retrata fielmente:

    "Mira que me fastidia que se mezclen distintas cuestiones como si fueran la misma. Así que vivo en un casi permanente fastidio, porque la realidad se empeña constantemente en mezclar unas cuestiones con otras, y casi nadie se ocupa de distinguirlas adecuadamente".

    A pesar de esta preciosa indicación sobre la génesis de esta entrada, lo gracioso del caso es que casi todos los comentarios se han centrado en los protagonistas de la historia y en su entorno, más que en la concatenación de inconsistencias lógicas que tú denunciabas y que tanto te irrita.

    Claro que coincido con Ricardo en que tu extemporáneo alegato antimonárquico es el que ha desviado la atención de tus ilustres comentaristas por otros derroteros.

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  34. Hola, Raleigh, cuánto tiempo sin venir por esta tu casa. Claro que leo los comentarios a las entradas anteriores: un eficaz mecanismo guglético me avisa de todos los nuevos comentarios que recibo, sea en el post que sea. Me interesa mucho tu opinión sobre todo lo que escribo, pero te confieso que tengo especial interés en saber qué opinas sobre mis diatribas musicales del anterior post.

    Se nota que me conoces bien: en ese párrafo que citas está explicada, efectivamente, la génesis no ya de este post, sino de todo este blog. Escribo en él por el mismo motivo -y más o menos con la misma frecuencia- por el que periódicamente pongo orden en mi cuarto de trabajo: para combatir en lo posible el irritante empeño con que el Universo alienta a sus componentes a revolverse y confundirse unos con otros, y para recolocarlos a mi modo, al menos durante un ratito.

    Y en mi locura -no es cuerdo oponerse a la Segunda Ley de la Termodinámica, pero hay que perseverar en ello; en eso consiste estar vivo- hay, como tú sagazmente has descubierto, un cierto método. Aunque otros se dejen despistar por la hojarasca ornamental, los que me conocéis apreciáis, y eso me reconforta, la sólida estructura del ramaje que hay detrás.

    (Porque sigo pensando que el exabrupto antimonárquico no es extemporáneo: cuando se habla de gilipolleces nacionales nunca sobra la alusión a la Gilipollez Nacional por excelencia, la que preside, alienta y simboliza todas las demás. Y en este caso creo que la conexión es directa, no de mero Alto Patrocinio simbólico.)

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  35. La corta frase con la que encabezas tu blog, en verde, muy adecuada a la fecha en la que la cuelgas, me ha movido a parodiarla con otra que transcribo a continuación:
    "En la UVI mejor, rendido y agotado el decrépito viejo, han recogido los servicios sociales sus fétidos despojillos corporales. El jefe la ha palmado." (Madrid, 20 de noviembre de 1975.)

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  36. Hombre, por fn alguien se fija en la última novedad de mi frontispicio, colgada, efectivamente, el pasado 1 de Abril. Gracias, Ricardo.

    Has hecho una glosa estupenda, además. Me gustaría, solo, modificar un poco la parte de "los servicios sociales", que disuena un tanto por la colocación de acentos. ¿"Los médicos forenses", quizás?

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  37. Había hecho un comentario largo y razonado, pero este puto sistema, que parece la policía, con su maniático "idetifíquese" me lo ha borrado. Lo que quería decir, en breve, es:
    1) Estoy de acuerdo personalmente con que la intervención en Libia no es excesivamente distinta por su fondo de la de Irak, pero eso es una cuestión de juicio personal y último de valor.
    2) En un primer análisis, Irak le parecía mal a todo el mundo porque la justificación fue que Sadam era amparo de terroristas, tenía armas de destrucción de masas y era "el hombre que intentó asesinar a mi papi". Irak, con todo lo que fuese, era un país normalmente funcionante y en paz, en donde no había (quizá porque era imposible) una insurrección popular contra el tirano a la que apoyar. Eso es lo que sí había en Libia cuando se planteó la intervención. Los progresistas bien pensantes vieron mal un ataque injustificado contra un país en situación de calma y no han visto mal, en cambio, el apoyo a una insurrección popular contra la tiranía. En términos muy simplificados, desde luego, pero eso es lo que hay. Atribuir las reacciones a quién gobierna en España es provinciano y miope y basta compararlo con Italia: el gobierno era el mismo en las dos ocasiones y también en Italia cuando Irak hubo grandes protestas y no ha habido ni una ahora con lo de Libia.

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  38. Hola, Anónimo italiano. Para ser del todo exactos, yo no atribuía lo distinto de las reacciones a quién gobierna en España, eso es más bien una interpretación tuya. Mi frase exacta era: "hay españoles, tú al menos pero creo que muchos más, que juzgan los huevos rotos según quién los rompa", y pretendía aludir más a quién gobierna en EEUU (el malvado Bush entonces, el Nobel Obama ahora) que a quién gobierna en España. Para quitarle provincianismo, y vistas tus informaciones, puedo suprimir la alusión restrictiva a los españoles. Admito que las habas se cuecen en todas partes casi igual de mal.

    Sí, claro, mi idea de que las intervenciones en Iraq y en Libia son en todo semajantes es un juicio personal y de valor. Cuando pretendo enunciar verdades inmutables y comprobadas, y no opiniones personales, escribo en la Wikipedia, no en mi blog. (Hasta ahora, por cierto, no lo he hecho nunca). Y mi pregunta indagaba por la causa de las diferencias entre la opinión (personal y de valor, claro) mayoritaria sobre la guerra de Iraq y la opinión mayoritaria (de valor y personal, asimismo) sobre la de Libia.

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  39. Sólo unas precisiones más o menos técnicas a tu magnífico post:
    1.- El artículo 1 de la Constitución establece que España es un Estado de derecho lo cual significa, por lo que ahora interesa, que los tribunales han de someterse al imperio de la ley y aplicar las normas vigentes para la resolución de los asuntos de que conozcan. Desde este punto de vista no cabe duda de que la decisión de ambos tribunales, al condenar a Otegi, se ajusta a lo que establece el artículo 490 del Código Penal.
    2.- Y se ajusta a lo establecido partiendo de la definición típica de injuria que el propio Código Penal da en su artículo 208: “Es injuria la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación.” En mi opinión creo que expresar que alguien es “responsable de unos torturadores” así como quien “protege la tortura e impone su régimen monárquico a nuestro pueblo gracias a la tortura y a la violencia” puede considerarse expresiones que lesionan la dignidad, menoscaban la fama y atentan contra la autoestima de cualquiera, respecto de ser responsable de torturadores, y del rey en particular respecto de imponer su régimen monárquico a “su” pueblo (el de Otegi, que no se muy bien cuál es) gracias a la tortura y la violencia.
    3.- Partiendo de la existencia de expresiones injuriosas ha de tenerse en cuenta que, en el caso de injurias comunes (a personas que no son el rey o su familia) hay un requisito adicional y es que han de ser “graves” (al respecto, establece el Código que “las injurias que consistan en la imputación de hechos no se considerarán graves, salvo cuando se hayan llevado a cabo con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad”). Sin embargo en el caso de las injurias al rey o su familia no se exige el requisito de gravedad de forma que cualquier tipo de injuria, es decir, cualquier expresión que pueda lesionar la dignidad, menoscabar la fama o atentar contra la autoestima de tan excelsa familia constituye delito y es, por tanto, punible.
    4.- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo no es una instancia judicial española y, por tanto, no enjuicia los asuntos conforme a la ley española sino de acuerdo con la Convención de Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (aplicable a los Estados miembros del Consejo de Europa, que no de la CE) en el cual se recoge la libertad de expresión. Lo que ha considerado el Tribunal es que la condena a Otegi no se ajusta a lo dispuesto en la Convención (Artículo 10. Libertad de expresión. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas, sin que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración de fronteras…. )
    5.- Las relaciones entre los tratados internacionales y las leyes españolas son un asunto de mucha enjundia pero, en principio, la existencia de sentencias contradictorias no quiere decir que las dictadas por los tribunales españoles no se ajusten a derecho.
    6.- Quede claro que tu opinión me parece muy acertada (me refiero a la existencia misma del tipo penal) pero, eso sí, desde un punto de vista paralegal puesto que, en estricta técnica jurídica, las sentencias dictadas en España se ajustan al Código Penal. Otra cosa es que la doctrina marcada por el Tribunal Europeo pudiera poner en marcha un proceso de revisión del tipo “injurias al rey” pero dudo mucho que eso ocurra mientras no haya un debate profundo sobre la monarquía.
    (Participo poco en tu blog y encima, cuando lo hago, os encajo unos rollos pistonudos. Lo siento, guapo. La próxima vez te escribo versos, que se me da de miedo)

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  40. Hola, Alas. Se te echa de menos por estos blogs, efectivamente, y lo que llamas rollos pistonudos son siempre unas precisiones estupendas, que nos vienen muy bien para colocar en sus justos términos nuestras diatribas despendoladas de ciudadanos irresponsables, que es lo que somos.

    No me cabe duda de que los señores magistrados de ambos tribunales habrán aplicado escrupulosamente la Ley. Quiero decir que estoy seguro de que, al menos, sirven para eso. (Aunque hay otras sentencias, particularmente del TC, en las que siento decir que ni eso tengo muy claro, pero en fin...)

    Pero lo que nos sucede a los ciudadanos que no somos juristas profesionales cada vez que una sentencia nos parece producir efectos disparatados es que las subsiguientes explicaciones que automáticamente alguien nos da, del tipo de estas que nos das ahora tú: que el Tribunal no podía actuar de otra manera, que sus funciones son tales y cuales y la Ley dice esto y lo otro... no nos tranquilizan nada, sino todo lo contrario.

    Si tras un efecto disparatado hay una conducta disparatada, pues menos mal. Todo queda más o menos claro. Se ha producido un desastre porque alguien ha metido la pata. Normal, hasta tranquilizador, Basta, en lo sucesivo, con que todos hagan bien su trabajo para que todo funcione como debe.

    Pero si el funcionamiento legal, normal y correcto de las instituciones produce efectos que nos parecen disparatados... Si lo que no podemos dejar de considerar un desatre resulta que no es consecuencia de un error o de una metedura, sino lo esperable, correcto y legal... eso sí que empieza a parecernos verdaderamente grave. El problema es más gordo y estructural, ymenos fortuito y disculpable, de lo que creíamos.

    De manera que saber que ambos tribunales han hecho exactamente lo que debían, lejos de apaciguar mis iras, lo que hace es echar gasolina al fuego.

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  41. Permíteme, Alas, que ilustre más ampliamente lo que quería decir en mi anterior comentario: el derecho a la libertad de expresión no solo está recogido en la Convención de Derechos Humanos, también nuestra Constitución lo recoge, en un artículo que creo, tú sabrás mejor, que es de directa aplicación. ¿Qué mierda de ordenamiento jurídico tenemos que pensar los españoles que es el nuestro, si para restablecer ese derecho fundamental ha tenido que intervenir un tribunal internacional, aplicando un Convenio idem, porque nuestra propia Constitución y nuestro propio Tribunal Constitucional estaban demasiado ocupados en mantener impoluta la sagrada imagen del Rey como para atender a semejante minucia?

    Me dirás si no es para que los ciudadanos normales nos preocupemos seriamente y, sí, nos cabreemos.

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  42. Pues, claro, tienes toda la razón. El rollo pistonudo es la versión legal del asunto pero después viene el sentido común, que, por poco que tenga uno, le dirá que la Constitución contiene la inmensa trampa de declarar la igualdad de todos los españoles, menos los de la familia de Juan Carlos la cual, como decía Forges, es más igual que el resto. Y esta incoherencia histórica y jurídica se desparrama por toda la legislación para establecer un régimen jurídico absolutamente discriminatorio. ¿Es que no somos lo sufientemente maduros como para gobernarnos solitos? Evidentemente los constituyentes no se fiaban de sí mismos ni tampoco de nosotros.
    Pero, por ahora, lo único que se puede hacer es salir a la calle a pedir democracia real, y no Real. Y, por supuesto cumplir y respetar las leyes que, al fin y al cabo, las han hecho aquellos a los que votamos.

    NO sería la primera en salir a la calle para echar a los Borbones pero me gustría que se dedicasen a montar a caballo y a navegar a vela (eso sí, con sus "ahorrillos" de toda una vida, la suya y la mía).
    Besos,

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