martes, 19 de febrero de 2013

Burocracia esotérica

Los Misterios del Registro

Genuino ejemplar de firma por triplicado
Mi trabajo es, en ocasiones, realmente entretenido.

Presento en el Registro de la Propiedad una certificación sobre una parcela municipal. Es propiedad del Ayuntamiento desde hace muchos años, pero nunca ha habido necesidad de inscribirla. Ahora un concesionario que va a invertir en ella sus buenos dineros no quiere hacerlo sin todas las garantías de que se trata, efectivamente, de patrimonio municipal, de modo que allá vamos a cumplir con los trámites de la Ley Hipotecaria.

Aunque actualmente existe un Catastro informatizado, capaz de identificar con razonable exactitud prácticamente cualquier metro cuadrado del suelo español, y de proporcionar de cada parcela un útil plano que hace innecesario cualquier otro detalle, los registradoressiguen practicando anotaciones manuscritas en grandes libros de papel, y en estas inscripciones siguen aferrándose a las antiguas fórmulas, llenas de medievales resonancias campesinas, de su lucrativa actividad. No les basta con la identificación catastral, quieren que en la certificación conste cuáles son las parcelas linderas, porque así se ha hecho siempre, desde los tiempos en que tales indicaciones eran el único medio de establecer con cierta seguridad de qué finca se estaba hablando. (Cualquier cambio en el ritual, me imagino que temen, podría iniciar un peligroso proceso en el que acabaran poniéndose en cuestión los fundamentos mismos de la institución registral, y no están dispuestos a permitir el más mínimo atisbo de que pueda iniciarse semejante camino).

Siguiendo instrucciones expresas de la señora Registradora consigno, pues, diligentemente en la certificación con qué otras parcelas linda la que queremos inscribir (para lo cual me limito a copiar lo que pone en la certificación catastral, que también tengo que presentar en el Registro, de modo que ¿por qué me piden dos documentos distintos para decir en ambos lo mismo? Misterio número uno) y se lo entrego a la Registradora. Me asegura que en un par de días tendremos hecha nuestra inscripción. 

Transcurrido el par de días, y algún otro, me llama por teléfono la Registradora. Con grandes disculpas por no habérmelo advertido desde el principio y por el retraso que ello causará en la inscripción, que nos corre prisa, me explica que, al reseñar las parcelas linderas, hay que consignar en cuál de las direcciones cardinales linda cada una de ellas. ¿Linda al Norte? ¿Linda al Sur? ¿Al Oeste, quizás? Cuestión tan sustancial ha sido omitida tanto en la certificación catastral como en la mía, que se limita a repetir la catastral con algunos adornos específicamente municipales.  


Lo cierto es que la certificación catastral incluye un plano estupendo, con su flechita señalando el Norte, y a cualquiera a quien por místicos motivos le interese el asunto le basta con consultarlo para saber hacia qué bendito punto cardinal viene a caer cada uno de los linderos. Pero por razones sin duda de peso, a la Registradora la información del plano no le sirve. Necesita verla confirmada por la fe pública administrativa de la que soy orgulloso oficiante (fe pública que se basa, exclusivamente, en la información que he obtenido del plano, ese plano que sin embargo ella desdeña. Misterio número dos). 

Debo, pues, rehacer la certificación, para que incluya los dichosos puntos cardinales. ¿Deberé presentarle el original corregido? Ello llevará más tiempo, y nos corre verdaderamente tanta prisa... No, no, se apresura ella a tranquilizarme. Basta con que lo envíe por fax. Estupendo. (Ahora bien ¿por qué, si era inexcusable la presentación en original para la primera certificación que se nos pidió, basta en cambio con su facsímil para esta segunda que ha de sustituirla? Misterio número tres).

Puesto que se muestra tan cordial y cooperadora me creo en el caso de darle un poco de conversación. Le empiezo a comentar que no siempre es sencillo señalar en qué dirección exacta linda una parcela con otra: las formas de las parcelas son irregulares, sus lindes rara vez siguen una recta, y menos aún una recta alineada según las cuatro direcciones cardinales... No me deja acabar mis explicaciones, me interrumpe, llena de entusiasmo: "Sí, es verdad, tiene usted razón. Y además eso del Norte y el Sur es tan relativo..." "¿Cómo, relativo?" –indago, algo alarmado. "Si, ya habrá visto usted lo que pasa, si miras una parcela desde la carretera el Norte está hacia allí, pero si la miras desde el otro lado resulta que está hacia allá..." me explica, encantadoramente convencida de estar dando voz a mis propias perplejidades. "No, no –empiezo a decir con cierta adustez– el Norte está siempre en la misma dirección..." pero me interrumpe de nuevo: "Usted añada los puntos cardinales a los linderos como mejor pueda, mándemelo por fax y en un par de días está hecha la inscripción." Nos despedimos amabilísimos y yo procedo a redactar una nueva certificación que asigna a cada lindero un punto cardinal según Dios y el plano del Catastro, en estrecha colaboración, me dan a entender. Mientras lo hago me pregunto (misterio número cuatro) si es posible llegar a ser Registrador de la Propiedad creyendo que los puntos cardinales cambian de dirección según desde dónde se los mire.


Este último misterio es menos misterioso que los anteriores; es sorprendente pero parece innegable que sí, que es posible. Por otro lado esto me aclara en parte el misterio número dos: si realmente cree tal cosa, es bastante explicable que un plano no le sirva para nada –es imposible que, con tales bases teóricas, llegue siquiera a entenderlo– y que necesite que sea mi intervención profesional la que se comprometa en la problemática cuestión de establecer qué parcela queda al Norte y cuál otra al Sur. 


(En realidad no me coge de nuevas. He conocido notarios para quienes la pretensión de sustituir la bonita expresión "cuatro unidades y siete octavas partes de otra" –ojo: "de otra", no vaya usted a pensar que de alguna de las mismas cuatro, como bien podría entender, sobre todo si es usted notario, sin esa inteligentísima precisión– por esta otra, menos sonora pero más sencilla: "4'875 unidades"constituye un claro intento de atentar contra la verdad misma de las cosas y, peor aún, contra su sacerdotal misión de dejar constancia escrita de ella. Una argucia de contable inescrupuloso, si alguno no lo fuera, sin otro propósito que el de de engañarlos a ellos y tergiversar su sagrada función. Y sé de juristas de larga experiencia y reconocido prestigio que han sufrido un verdadero shock, mezcla de pasmo y de incredulidad, ante la escandalosa aseveración de que "el veinte por ciento", "la quinta parte" y "0'2" son expresiones perfectamente equivalentes e intercambiables). 

Hete aquí que al cabo de un rato vuelve a sonar el teléfono y es de nuevo la Registradora, más deshecha aún en excusas que hace un rato. Ha recibido mi fax, sí. Ahora ya está convenientemente aclarada la orientación de los linderos. Pero... lo siente muchísimo, es que se le olvidó advertirme... como allí todo el mundo presenta los papeles ya con su autoliquidación... pues, en fin, que antes de inscribir la parcela hay que liquidar el impuesto. ¿Sus honorarios? pregunto. No, no, su tasa ya la pagaremos luego. El Impuesto. Pero ¿qué impuesto? Ah, pues, esto... el Impuesto. Aquí todo el mundo nos presenta los papeles con el sellito del Recaudador de haber pagado el Impuesto. 

A esas alturas de nuestro trato he empezado ya a hacerme una idea de con quién me las tengo, y le explico con delicadeza –no es cómodo tener que explicarle estas cosas a una Registradora– que la gente suele registrar inmuebles que acaba de comprar –operación sujeta a un impuesto– o de heredar –operación que también tributa– pero que nuestro caso es distinto. Nosotros, le recuerdo con gran dulzura, inscribimos una parcela que es municipal desde tiempo inmemorial y cuya adquisición no tiene nada que ver con la inscripción. ¿De qué impuesto me habla, pues? 

No sabe, de un impuesto. De El Impuesto. Todo el mundo tiene que liquidar el Impuesto. A lo mejor nosotros estamos exentos, no sabe, el Recaudador nos lo dirá, pero ella necesita que mi papel lleve un sello de la Oficina Liquidadora que diga algo del Impuesto, y en un par de días... 

Me despido tan amablemente como puedo y cuelgo con un suspiro. La inscripción que tanta prisa nos corre tampoco ahora estará "en un par de días", según todas las muestras.

La próxima vez que, para encomiarme la preparación profesional de alguien –no estoy pensando en nadie en concreto, no sean ustedes así– oiga decir que es Registrador de la Propiedad, la verdad es que me impresionará algo menos que hasta ahora.

29 comentarios:

  1. Puedo dar fé de que es cierto lo que dices. He tratado mucho a un insigne letrado al que sorprendí con la afirmación de que la tercera parte de algo era lo mismo que 1/3 y, más aún, que se llegaba al mismo resultado calculando el 33,3333%.
    Primero me lo negó vivamente pero cuando se lo expliqué y lo entendió (lo que ocurrió un rato después, tras insistir) el gozo que experimentó ante aquella verdad a la que se abrían sus ojos fue realmente indescriptible. Lo grave es que durante su vida profesional tuvo atribuídas responsabilidades de cierta importancia que incluian la toma de decisiones que afectaban al patrimonio de otros. Pero, eso sí, se sabía de memoria prácticamente todo el código civil, con numeración de artículos incluída.

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  2. En cuanto a la comprensión de lo que representan los puntos cardinales, es también un asunto interesante. Estoy convencido de que en España hay mucha gente, sobre todo en las grandes ciudades sin costa, que ignora totalmente la referencia a los puntos cardinales en su vida diaria. En cualquier ciudad de EEUU, por ejemplo, es frecuentísima esa referencia para temas cotidianos: en el andén de muchas estaciones del metro de NY te indican la salida Norte y la salida Sur, por ejemplo. Si ese tipo de indicación se emplease en el metro de Madrid, incluso en etaciones del Paseo de la Castellana, que está fácil, a la inmensa mayoría de la gente no le serviría para nada.
    No sé a que se deberá esta falta de interés.
    A la vuelta de un viaje a China comenté a un amigo que había visto, decorando una pared de una oficina, la reproducción de un antiquísimo mapa-mundi que se había dibujado orientándolo al revés de como ahora es habitual para nosotros hacerlo: estaba el sur arriba y el norte abajo. El comentario de mi amigo fue, únicamente: "¿Y cómo podrían navegar y llegar a su destino con mapas así?"

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  3. No me duelen prendas cuando admito que, para mí, la burocracia es un monstruo y su lenguaje, un vil galimatías pensado para torturar a los pobres mortales. Esto desespera cuando tienes a un familiar que, sin nada mejor a lo que dedicar el tiempo libre, dedica sus ratos a leer instrucciones para rellenar solicitudes y otras especies que ríase usted de El señor de los anillos y todos los tebeos de superhéroes habidos y por haber. Como muchas veces no entiende qué demonios está leyendo, nos lo pregunta a mi hermana y a mí con la inocente idea de que, teniendo ambos carreras de ciencias, podemos aclarárselo. ¡Qué caras ponemos cuando leemos esos sintagmas revueltos!

    Supongo que la registradora malinterpretó lo que su profesor, sea de geografía o de geometría o incluso de ciencias sociales, le explicó en clase acerca de que, si bien existen un polo norte y sur, esto es, dos puntos desde los cuales todo está, respectivamente, al sur y al norte, no hay un polo este y oeste, y por tanto no tenemos lo mismo que antes. Dos puntos (¡¡Que no las direcciones!!) cardinales son absolutos y los otros dos son relativos.

    Bueno, Ricardo, es que en mi carrera de química había gente que no sabía convertir unidades, esto es, pasar de metros a nanómetros y otras habilidades que se le presuponen a un buen bachiller. Yo creo, y lo que comenta del mapa me refuerza en mi idea, que el problema de la educación moderna es que enseñan ciertas convenciones modernas como si fueran verdades "sine qua non" para el progreso, la democracia y, en definitiva, vivir bien. Pero apenas se enseña a utilizar las matemáticas.

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  4. Me ha encantado la historia de tu amigo con el mapa chino, Ricardo. En cuanto a lo de los profesionales del Derecho con las matemáticas, es verdaderamente dramático. Por cada abogado capaz de plantear y resolver un problema sencillo hay nueve que se jactan de su incapacidad absoluta para empezar siquiera a tratar de entender la cuestión más simple que, en su sentir, tenga la más remota relación con números. En cambio, efectivamente, se saben de memoria miles de preceptos. El resultado es que jamás razonan de modo general ni deductivo, es decir, rara vez razonan. Cada cuestión general es para ellos una suma de infinitos casos particulares, previstos cada uno en su respectivo artículo, y ni se plantean que se puedan establecer reglas generales, aplicables una sola a todos ellos, ni lo desean tampoco. Prefieren que el Derecho siga siendo ese campo arbitrario y contradictorio de infinitas normas mal redactadas y peor entendidas que se ignoran mutuamente, se solapan y se contradicen, en el que solo ellos han encontrado los atajos y los trucos con los que moverse con cierta soltura.

    Le tengo gran simpatía a los juristas, como ves.

    Yo creo, Ozanu, que salvo que se viva en los casquetes -polares, digo- Norte y Sur son, a todos los efectos prácticos, sendas direcciones, o más bien sendos sentidos de una dirección. El hecho de que sean, además, dos puntos del globo, tiene escasísima trascendencia práctica para casi nadie y, dsde luego, no creo que sea la causa de que mi Registradora tenga esa pintoresca opinión sobre su movilidad. Entre otras cosas porque estoy seguro de que no lo sabe.

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  5. Muy ejemplificante el caso que relatas. Sólo añadir que el catastro español y su sistema de registro está considerado, sin embargo, uno de los mejores del mundo; yo y mucha gente que trabaja en temas territoriales, aunque no sean de propiedades, hemos usado el catastro como fuente valiosísima de información geográfica. Hay un caso, el de Doñana, que en los registros del ducado de Medina Sidonia señalaba una linde describiendo la vegetación de su trazado, lo que es lógico si pensamos que es una marisma plana sin resaltes orográficos ni hidrográficos, de forma que era un 'transecto', como se llama en ecología vegetal, que describía la vegetación de se trayecto (transecto) entre dos puntos identificables hoy en día para comprobar los cambios acacecidos en varios siglos.

    Otra cosa, sobre el sentido de orientación del urbanícola medio, hay que decir que se ha visto agravado por el uso masivo de GPS en autos y teléfonos móviles, de forma que ahora ya no se sabe interpretar un mapa.

    Y sobre los mapas mismos y los marinos, sólo decir que la proyección Mercator que usamos habitualmente pondera o sobrevalora la superficie del hemíferio norte en detrimento de las del sur del ecuador. Un sencillo experimento es comprobar que Bolivia al Sur (35 º S.tierra natal de mi santa) y la Penísnusla ibérica al Norte (40º N.) parecen del mismo tamaño, cuando la república sudamericana tienen casi exactamentee el doble de superficie. Sin embargo, la razón no es tanto ideológica, como algún apresurado señalaría, de valorar las tierras de las metrópolis, como que respeta mejor la longitud de las líneas de costa, lo que es más útil para los marinos, y dada la dificultad inviable, como la cuadratura del círculo, de establecer o proyectar la superficie de una esfera en un plano, hay que optar por uno u otro respeto. La proyección Peter corrige esto, pero da una imagen estrambótica, excesivamente alargada, del continente americano, aunque ahí se comprubea que Europa es una penínsulilla de Asia. Los ecologistas a veces la usan e incluso invierten el mapa colocando el sur arriba.

    En fin, cosas curiosas, como que la costumbre de empezar la contabilidad del día a partir de las 12 de la medianoche es muy reciente y antes en los barcos de la marina inglesa, que es la que marcó siempre los criterios, las ocho campanadas del comienzo del día se daban con el Sol en su punto más alto, a partir de las 12 del mediodía, y ahí empezaba una nueva jornada. Creo que me enrollado, mis disculpas y que usted lo expediente bien.

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  6. ¡Utilizar las matemáticas! Siempre he pensado que en lugar de selectividad ni paparruchas, habría que ver si cualquier estudiante que acaba la enseñanza media es capaz de calcular cuántos rollos de papel pintado necesitaría para empapelar una habitación determinada, y luego redactar un escrito coherente donde explique lo que hizo ayer y de qué trataba la última película que ha visto (sin faltas de ortografía ni sintaxis). No pasarían la prueba ni la mitad, seguro.
    Mis hijas, en el prestigioso colegio Jesús y María de Madrid, tuvieron una profesora de matemáticas absolutamente incompetente e incapaz, que cuando le decían que no habían entendido algo, y preguntaban por qué era así el teorema o lo que fuese, decía "porque lo digo yo". Así se explican las matemáticas. Durante mucho tiempo me he tenido que contener para no darle un paraguazo cada vez que me la encontraba en el supermercado, robando el pan que comía, la muy inútil.
    Pero lo de la geografía y la orientación es espectacular (la ausencia de conocimientos, quiero decir). Y convengo en que los GPS han venido a machacar las pocas ganas que tuvieran algunos de ponerse a pensar si, mirando hacia la Plaza de Castilla, desde Colón, Valencia queda a la derecha o a la izquierda. Yo, en cambio, soy incapaz de seguir las instrucciones de un GPS, siempre que me dice que tengo que doblar en una esquina ya me he pasado, y ando con la sensación de que me voy a atizar con alguien todo el rato, porque me distrae constantemente.
    Y creo que es una habilidad que antes si se tenía, la de saber dónde caen los puntos cardinales, me refiero. Cuando una familia se iba a mudar a una casa nueva se miraba la orientación, y era importante que diera al norte o al sur, o a poniente o levante, porque eso influía en el calor o el frío, (gastos de calefacción) o que fuera mas o menos "saludable". Y las señoras decían eso de "es un cuarto monísimo, orientado a mediodía". Pero anda y pregunta a cualquier joven hoy en día para dónde queda el norte con respecto a su casa.

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  7. La cantidad de anécdotas similares a la que con tanta gracia y perplejidad narras es infinita, como infinita es la estupidez humana. Digamos que conforman una de las infinitas categorías de la estulticia singularmente relevante y que, como sagazmente apuntas, sus hacedores predilectos suelen ser burócratas de cortas luces y pretenciosa autoestima. De otra parte, la introducción de la informática en esos entornos anquilosados a causa en grandísima medida del celo irracional de esos primates de obtusas mentes es fuente feraz de este tipo de anécdotas. Son tipos que no entienden nada y convierten su incomprensión en una ceremonia de surrealistas ritos, vacíos de sentido y absurdos, para desespero de los usuarios, en especial si éstos tienen dos dedos de frente. Por cierto, en mi blog me aparece este último post tuyo con el título, imagino que el primero que le diste, "burocracia esotérica" que se me antoja más expresivo porque justamente son ritos esotéricos los que imponen esta pandilla de registradores, notarios, secretarios municipales y demás congéneres. No andas nada desencaminado barruntando que tales prácticas contra el sentido común mucho tienen que ver con el temor, nada injustificado, de que se ponga en cuestión la inutilidad de sus lucrativos oficios.

    Pero, escupidas mis diatribas, también he de señalar que hay excepciones a la regla en esa tribu de ineptos. Llevo ya un cuarto de siglo relacionado profesionalmente con el mundo de los sistemas de información geográfica (y no precisamente como espectador pasivo) y podría contar multitud de anécdotas análogas a la de este post; de hecho, si hoy mismo tengo un rato veré de escribir una que he vivido hace apenas una semana. Como bien dice Lansky, el catastro español no es nada malo, y probablemente ha sido uno de los agentes impulsores de los avances patrios en el desarrollo de las bases de datos geográficas. Por ser de justicia, aprovecho este comentario, para dejar constancia de que los precursores de los GIS (o SIG) en España fueron justamente unos pocos "locos" del Catastro de Navarra, el único del país que, incluso durante el franquismo (que respeto su régimen foral en recompensa al apoyo inicial del Viejo Reyno al golpe faccioso), mantuvo su autonomía respecto del sistema centralizado para el resto del Estado. Gente estupenda que conocí y traté bastante hace ya más de veinte años (ay, que me pongo nostálgico).

    Pues como te decía (es que me enrollo, perdona), algunos registradores se han subido a este carro de la presuntuosamente llamada "modernización de la administración" y están, poco a poco y con no pocas reticencias por parte de unos cuantos de sus colegas (quizá entre ellos tu nueva amiga) intentando poner cordura en ese desbarajuste esotérico. Incluso, habiéndole visto el negocio al asunto, se han sumado a los vendedores de "nuevas tecnologías" en el floreciente mercado de las administraciones hispanoamericanas (aplicadas discípulas que superan en virtudes burocráticas a la "madre patria"). A mi juicio, van demasiado lentos y a ello no es ajeno un formalismo legalista también emparentado con la misma estupidez esotérica. En el fondo (y ahora que no nos oyen, no vaya a ser que se sientan ofendidos algunos con los que mantengo tratos profesionales), se trata de una estrategia inteligente justamente para, resolviendo las más aberrantes ineficacias de las prácticas tradicionales, lograr que no se ponga en cuestión la inutilidad social de base de su oficio.

    En fin, mil disculpas por el rollo.

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  8. En primer lugar, y para todos, especialmente los que os disculpáis por enrollaros: no lo hagáis. Nunca he sido de esa tonta opinión de que 'lo bueno, si breve...' Cuantos más comentarios recibo y más largos y enjundiosos son, más contento me pongo. Lo bueno, si breve, solo brevemente bueno, lo que es una lástima.

    Estoy muy de acuerdo con lo que decís tanto Lansky como Miroslav sobre la excelente calidad del Catastro español, he tenido ocasión de comprobarlo bastante de cerca en mi trabajo. El contraste entre la eficacia, la exactitud y la utilidad del Catastro hace más doloroso aún lo engorroso, precario, impreciso y, siento decirlo, inútil del Registro, una institución que me parece francamente medieval e innecesaria. En mi opinión viene a repetir, mal y molestando -y llevándose una pasta escandalosa- un trabajo que el Catastro ya ha hecho bien. Con añadirle a este último la constatación de la propiedad -que, en la práctica, ya realiza en gran medida- y la fe pública, nos ahorraríamos una buena colección de inútiles carísimos. (Si algún Registrador o similar me lee sepa que no hay nada personal en ello).

    El examen que sugieres, Cigarra, me parece francamente bien pensado.

    Mi hijo tuvo a los once años un profesor de matemáticas, buenísima persona y estupendo profesor, al que deberían haber puesto a enseñar cualquier otra cosa. Tras todo un curso bregando con las fracciones, cómo se suman, se restan, se multiplican y se dividen, me puse a estudiar con él. Descubrí que no tenía la menor idea de que el numerito de abajo dividiera al de arriba, y a cualquier otro que lo multiplicara. El descubrimiento de que dividir por 5 era lo mismo que multiplicar por 1/5 le dejó deslumbrado y disipó de un golpe la mayor parte de sus problemas con las fracciones. Nadie le había enseñado que una fracción no era más que una división escrita de otra forma. Estoy firmemente convencido de que en este momento su profesor sigue sin saberlo, y sigue enseñando fórmulas abstrusas para sumar y multiplicar esos entes raros que son las fracciones, que vaya usted a saber para qué sirven. Y de que gran parte de sus alumnos acabarán estudiando Derecho, estimulados, más que por otra cosa, por un odio profundo hacia las matemáticas que nunca nadie les habrá enseñado a entender y usar.

    También recuerdo a una vecina que me enseñaba muy contenta su casa. "Esta habitación es estupenda, porque está orientada al Mediodía" -me dijo. Me asomé a la ventana, identifiqué el pedazo de ciudad que veía y asentí: "Claro, es verdad, está orientada al Sur". Me corrigió, muy amable: "No, no, al Sur no: al Mediodía..."

    Por cierto, Miroslav, el post se sigue llamando "Burocracia esotérica". Lo de "Los Misterios del Registro" es solo un subtítulo que he puesto, por lo que se ve, en letra demasiado gorda.

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  9. Lo bueno si breve...Lo inventó un pobre eyaculador precoz, un poco de compasión, hombre.

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  10. Una cosa pequeña, por lo que el tema desborda y quitarle un poquito de rotundidad.
    Los polos magnéticos de la tierra se invierten. Esto ocurre pocas veces, es verdad.
    Han estimado que esto ha venido sucediendo cada 250.000 años y la última vez que ocurrió fue hace unos 790.000, por lo que por esto y otros indicios, algunos científicos son de la opinión que la próxima inversión magnética no va a tardar. Esto no quiere decir que la tierra se vaya a dar la vuelta y dicho groseramente para que la registradora de la propiedad no se asuste , no vamos a acabar patas arriba. Pero sí querría decir que las brújulas apuntarían lugares por donde no acostumbran.
    Como esto ocurre cada tanto, podemos establecer sistemas de orientación estables y brújulas que no sean de usar y tirar.
    Todo esto no tiene nada de esotérico, hay montones de registros en los que determinadas piedras guardan su alineación magnética original. Cosas del hierro.
    Habiendo estudiado derecho, espero temerosa, un chorreo de correcciones, puntualizaciones que seguramente serán merecidas y de las que tomaré nota.
    Señor Júbilo, cómo me gusta su blog.

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  11. Muchas gracias, señora Anónimo. Espero que no interpretes como chorreo mi subsiguiente puntualización. No tengo nada en contra de quienes habéis estudiado derecho, de verdad. Algunos de mis mejores amigos lo han hecho, pobrecitos.

    Lo que marca la dirección Norte no es el polo magnético, sino el punto de intersección del globo con el eje en torno al cual gira. (Uno de ellos, para ser exactos. El otro es el que nos da la dirección Sur). Coincide bastante aproximadamente con el polo magnético, y esa feliz circunstancia, que sin duda tendrá excelentes motivos físicos -tampoco yo soy tan de ciencias como parezco- permite que las brújulas señalen a ambos muy útilmente. Pero si un día el polo magnético se trasladara a La Almunia de Doña Godina y las brújulas, en consecuencia, comenzaran a apuntar unánimemente hacia esa industriosa población, lo único que cambiaría es que las brújulas dejarían de servirnos para saber en qué dirección cae el Norte cardinal, que seguiría estando donde está ahora, y seguirá estando allí en tanto la Tierra no decida empezar a girar sobre otro eje.

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  12. Van,
    el post es ineteresante y tiene, como todos los tuyos, su mucha enjundia y más socarroenría.

    El caso es que lo leo gustosísimo y al final solo acierto a decir que estoy totalmente de acuerdo con Ozanu en la mosntruosidad de la buroceacia. Una cosa es hacer las cosas bien, a fondo y describir muy bien las situaciones y límites catastrales, p. ej., y otra es marear la perdiz y perder tiempo y pasta en la dichosa burocracia.

    Supongo que todos o casi todos habréis estado en EEUU y allí todo eso lo resuelven y manejan con una sencillez/rapidez que uno se queda incluso pensando 'bueno, si esto es todo lo que hay que cumplimentar en un formulario sobre un soporte de madera y firmarlo con un lápiz que cuelga atado con un cordel, estos tíos van apañados, no saben lo que se juegan...'
    Pero ocurre que es al revés: se la juega el que firma si yerra o miente, porque una vez descubierta su mentira o su trampa se cae con todo el equipo. Irremediablemente, antes o después, se le presentan en casa dos polis, lo esposan y lo meten en un avión de vuelta a su país, a cobro revertido. Hala. Y si la cosa llega a delito grave vas al talego y puedes dar gracias sin no te quedas allí para siempre o te condenan a muerta - según el Estado en que caigas.
    Y el caso es que a mi no se me ocurre un término medio mejor...

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  13. Gracias, Grillo. A mí me gustaría pensar que, entre volverte loco y sacarte la pasta para que en cosa de seis meses consigas que un apunte en letra gótica declare que es tuya una parcela descrita en castellano antiguo (sistema español tal como yo lo describo) y aceptar tu palabra de que lo es, para achicharrarte en la silla eléctrica si se descubre que has mentido (sistema americano tal como lo describes tú) hay algún otro método intermedio, porque la verdad es que ninguno de los dos acaba de convencerme, pero quizás el americano el que menos. El del Catastro español, insisto, me parece una vía intermedia bastante prometedora.

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  14. Claro, claro; el sistema americano es el menos 'convincente' aunque el más expeditivo.
    Estoy contigo en que debe existir y existirá pronto un punto intermedio eficaz y más rápido. Supongo que llegará con la digitalización, con la Red y todo lo virtual. Pero ahí sí que me callo porque estoy en el vagón de cola. Toi pez.

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  15. Jajajaja, me he reído muchísimo con tu post Vanbrugh. Qué sutilísima e inteligente manera de explicarnos a todos que nuestro Rajoy no sabe ni por dónde se mueve. Además de poner en evidencia lo absurdos que son muchos "adultos" en este país y digo "adultos" porque si alguien con la lucidez de un niño le pregunta ¿por qué antes esto y ahora lo otro? son capaces de encontrar razones como las del "desequilibrio" de los puntos cardinales para justificar su incompetencia. Los niños son infinitamente más inteligentes que ellos!
    Me encanta este estilo tuyo.

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  16. Muchas gracias, Emma. En especial por lo de sutilísimo e inteligente. Sabes, claro, que ningún texto es inteligente para un lector que no lo sea él mismo.

    Pero... ¿Rajoy? ¿Quién ha mentado aquí a Rajoy? ¿A cuento de qué sacas aquí al pobre Rajoy, vamos a ver?

    No seas así, mujer...

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  17. Rajoy, ya que se ha abierto la veda con Emma, dejo el Registro por ser tarea más ardua intelectualmente que dirigir los destinos de una nación (siempre hay más de uno, de ahí el plural) y de paso hacer el Robín Hood al revés, cumpliendo, quien pudiera, un viejo sueño infantil

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  18. Es que Emma, bajo su apariencia de niña buena, es muy traviesa. Y tú Vanbrugh has estado lento de reflejos, de tanto tratar con registradores algo se pega.

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  19. Lansky De la proyección de Peters habló el blog Ponga un mostrenco en su vida, y comentaba su autor que se suele llamar de Gall-Peters porque en realidad este señor decimonónico ya hizo lo mismo que Peters.

    Sobre Peters y algunas de sus curiosas contribuciones a varias disciplinas habló El diario de Chemazdamundi.

    De todos modos, no hay un mapa verdadero, al fin y al cabo es imposible aplanar una superficie esférica.

    Cigarra Lo de la profesora es siniestro, peor no me choca. Yo me enteré en la facultad de qué era un prisma realmente, entre otros descubrimientos.

    Grillo ¡Di que sí! Recuerdo que en mis apuntes de lengua y literatura decía que el lenguaje administrativo y legal eran apostadamente rebuscados y ambiguos.

    Los americanos son exagerados porque para ellos los acuerdos entre hombres son sagrados. Si engañas al sistema público, engañas a la comunidad y a todo el pueblo, como sale en los telefilmes ("caso: el pueblo contra Perico el de los palotes, por haber firmado como perico el de los palitos"). Un término medio vendría mejor, sí.

    Vanbrugh Lo del sur me recuerda algo: se enseña en la escuela qué significa meridional, pero no su etimología, "meridies", "mediodía". Si uno no es aficionado a la anterior y a la lingüística, puede perder fácilmente los conocimientos adquiridos.

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  20. Sí, Ozanu, como suele pasar el idioma, y en concreto la etimología, es una buena herramienta para conocer las cosas a que se refiere. Lo malo es que dudo que llegue al cinco por ciento el porcentaje de hablantes de español que relacione "meridional" con "mediodía", y otro tanto digo de los que relacionen "mediodía" con "Sur". Y como ni siquiera estamos seguros de que ambos cincos por ciento se superpongan exactamente...

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  21. Ozanu:"no hay un mapa verdadero"

    O bien todos los mapas son verdaderos, en cierto porcentaje (maneras de decir)

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  22. Hago un comentario breve, para no caer en la tentación de narraros por extenso mis penas catastrales: en nuestra finca sólo está clara una linde, la que da al camino. El catastro (catástro-fe, que llaman los abogados y gente de mal vivir...), todo está del revés, pero sólo de pensar en solicitar la "comisión de deslindes" en el ayuntamiento me dan los siete males...y más después de leer posts como este tuyo. Mientras a ningún vecino se le ocurra cerrar su finca (poner estacas) creo que vamos a dejar las cosas tal cual...osea, en el limbo.

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  23. Hola, Barbie. Si te consuela, yo calculo a ojo que en ese limbo que dices -fincas sin deslindar, fincas sin segregar, fincas sin agrupar, propietarios sin actualizar...) debe de estar un treinta o un cuarenta por ciento del suelo rústico español. Insisto, de todos modos, en que los datos más fiables suelen ser los del Catastro, pero tampoco sé si estará igual de actualizado y purgado en todas partes. De lo que estoy prácticamente seguro de que no debes fiarte, salvo que quieras enredarlo definitivamente, es de lo que te diga el registro de la propiedad -tras soplarte, eso sí, una sustanciosa cantidad de euros-.

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  25. Lansky: "La proyección Mercator que usamos habitualmente pondera o sobrevalora la superficie del hemíferio norte en detrimento de las del sur del ecuador. Tu quoque fili me!!!

    La proyección de Mercator NO sobrevalora la superficie del hemisferio norte en detrimento de la del sur. La deformación aumenta según nos alejamos del ecuador, con independencia de que la dirección sea Norte o Sur. De manera que a 30ºN y 30ºS la deformación superficial es idéntica.

    Peters era un experto en manipulación política y, deliberadamente, omitió la representación de la Antártida en todos los mapas que usaban la proyección de Mercator, porque ello habría tirado por tierra todos sus argumentos.

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  26. Vanbrugh Me temo que la Sra. Registradora, no anda muy desencaminada en eso de que los puntos cardinales son relativos.

    Pensemos un momento: Castellón está el este de Madrid, y Roma al este de Castellón y todos estaremos de acuerdo en que Roma está al este de Madrid (propiedad transitiva, que se llama)

    Si continuamos viaje en dirección este: Atenas, Estambul, Kabul, Pekin Tohio, Los Ángeles, Nueva York, Lisboa...
    y aplicamos en cada punto la propiedad transitiva llegamos a que Lisboa está al este de Madrid.


    No obstante si volvemos grupas, y realizamos el viaje en dirección oeste, llegaríamos a que realmente es Castellón la que está al oeste de Madrid.

    Ergo Castellón está simultáneamente al este y a oeste de Madrid y, quizás, eso explique porque nunca aterrizan aviones en su aeropuerto

    ;-)

    La solución, si alguien no la dice antes, algún día en mi blog.

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  27. Hombre, Números, la solución de tu aparente paradoja es más complicada en la teoría que en la práctica, donde tenemos todos muy claro que, siendo el mundo redondo, se considera que un punto está, respecto de otro, en la dirección en la que sea más corta la distancia entre ellos. Lo cual quizás pueda ser formulado en términos teóricos, se me ocurre, diciendo que la relación 'estar al este de' no siempre tiene la propiedad transitiva -lo que a efectos lógicos equivale a que no la tenga nunca-.

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  28. Sobre Registradores y Catastro, tres "flashes" más:
    1º-Los registradores españoles, en contra de lo que ocurre en todo el mundo,están haciendo todo lo posible para impedir que el Catastro sea la base gráfica del Registro de la Propiedad. Ante las críticas que han recibido dentro y fuera de España respecto a la pésima descripción de las fincas que hace el Registro, su respuesta es inventarse un nuevo catastro sólo para ellos, al que llaman GEOBASE, en el cual llevan gastadas varias decenas de millones de euros (no me he equivocado: decenas de millones de euros). En este nuevo catastro están intentando encajar las fincas "con calzador", para que los linderos coincidan con los que describen sus libros. El problema es como puede dibujarse sobre un mapa un lindero descrito así: "finca que linda al norte con paraje conocido como de las Yeguas", o que "linda al norte con Alfonso Martinez". Con la única intención de no vincularse con el Catastro están creando una auténtica "bomba", que tendrá efectos muy negativos en el futuro desde el punto de vista de la seguridad jurídica.
    2º.- Como han de rentabilizar este invento, en cuanto vas al Registro te "colocan" un "informe gráfico" basado en GEOBASE por el que te cobran un arancel inexistente, con el agravante de que esos datos no tienen la más mínima validez legal. Es como si vas a comprarte unos pantalones y te obligan a comprar también, sin que tu lo pidas, un cinturon que además no tiene agujeros. O sea que no vale para nada, salvo para sacarte el dinero. Son varias las sentencias que asi lo reiteran, negando validez jurídica a estos datos (la última de la Audiencia Provincial de Tenerife de 12-12-del pasado año).
    3º.- ¿Cómo resolver esta situación?. Fácil. Aprovechando el Proyecto de Ley que el actual Director General de los Registros y el Notariado, Registrador de la Propiedad,está elaborando y en el que, además de quedarse con el Registro Civil (esta es otra historia alucinante que también se está "cocinando",ante la plena pasividad de ciudadanos y partidos políticos), se pretende dar presunción de validez jurídica plena a estos datos, igual que lo tienen los que se refieren a los derechos inscritos. De algo ha de valer que el compañero Mariano esté donde está.

    Seamos generosos. Los ingresos de los Registradores han caido en los últimos años, siguiendo el descenso de la actividad inmobiliaria. ¿Acaso no es humano buscarse unos euros por otras vías para "tapar agujeros"?.

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