lunes, 17 de diciembre de 2007

FELIZ NAVIDAD

IMPUDICIA FAMILIAR NAVIDEÑA


Cuatro villancicos - Familia Carrascón, 1972


Me he permitido felicitarles a ustedes la Navidad con un documento histórico. Lo que suena cuando se aprieta el triangulito negro es una grabación doméstica de cuatro villancicos cantados por mi familia, hecha en cassette en la Navidad de 1972. Advertidos quedan, nada más fácil que no apretarlo. Quienes de ustedes tengan, a pesar de esta advertencia, la paciencia de escucharla tendrán que disculpar la pésima calidad del sonido - me refiero a la parte atribuíble al aparato, qué decir de la achacable a los intérpretes - las interrupciones y los abruptos principios y finales. Ni mi familia ni la tecnología a su alcance dábamos más de sí en 1972, y los treinta y cinco años transcurridos desde entonces no han contribuído a mejorar el resultado.

Siguiendo con las excusas, haré constar que la grabación fué del todo improvisada y espontánea, decidida sobre la marcha una mañana de vacaciones en que dió la casualidad de que todos estábamos en casa y no teníamos nada mejor que hacer. Los tres más jóvenes - Josefina, Guillermo y yo - teníamos bastante costumbre de cantar juntos - largas horas de viaje en el 600 - y algún repertorio común. Ricardo siempre ha acompañado a la guitarra todo lo que le echen, pero fué una incorporación ocasional, como las de Luis y mi padre. A este último no creo haberle oído cantar en muchas más ocasiones que esta. Es un milagro que haya quedado grabada.

En el primero de los villancicos, "Les violes grinyolen", se puede apreciar en primer lugar la hermosa voz de contralto de mi hermana Josefina. Hoy sigue empleándola con gran éxito en coros de mucho prestigio. La sigue el bajo, mi hermano Luis, el primogénito y, a continuación, Guillermo, el benjamín. Luego entra mi padre, ligeramente retrasado, aunque enseguida recupera el ritmo; y remata con "la trompeta" quien esto escribe, un servidor de ustedes. Vaya vocecita de crío tenía a mis catorce años. Acompaña a la guitarra el segundo mayor, Ricardo, que siempre fue más dado a los alardes instrumentales que a los vocales. De la algarabía que se produce cuando ya estamos todos cantando al tiempo no les digo nada, escúchenla ustedes mismos, si se atreven. Creo que es a eso a lo que se llama armonía familiar.

El segundo, "Aurtxo polita", nos permite disfrutar de las voces solistas de Josefina y Guillermo cantando en un excelente vascuence. Yo hago un oportuno "Aaaa" un poco más abajo y Luis nos refuerza más abajo todavía con lo que buenamente se le va ocurriendo, que le queda muy bien. Ricardo sigue dándole a la guitarra.

(Habrán notado ustedes, por cierto, nuestra sensibilidad, absolutamente precursora, hacia las distintas lenguas del Estado. Madrileños sí éramos, pero no se nos podía acusar de centralistas; más bien un auténtico rompeolas de las Españas. Por lo menos sonábamos bastante parecido a uno. Con muchas olas).

Sobre el tercero, "Camiñaba a Virxe", bien podríamos correr un piadoso velo, pero a estas alturas del strip tease no nos van a sobrevenir los pudores. Luis, Ricardo y mi padre dejan abandonados a su suerte a los tres hermanos menores, que hacemos lo que podemos. Castellanizamos de mala manera la letra gallega - se nos debió acabar la vena preautonómica - y mantenemos el tipo con más brío que brillo por los complicados caminos de Egipto para Belén. Se aprecia la buena voluntad. (Voz cantante: Guillermo y yo. "Bom bom bom": Josefina).

Y con el cuarto, "Pastorcico non te aduermas" (Anónimo, s. XVI), nos resarcimos un poco los mismos tres. Permítanme señalarles la notable afinación de la voz de soprano - Guillermo, doce añitos - y la meritoria seguridad con que los tres encajamos nada menos que tres voces distintas, cada una con sus entradas, en una hermosa demostración contrapuntística. Que no es porque yo lo diga.

En fin, ya ven ustedes qué cosas guardo por los cajones, y lo que disfruto con ellas. Muchas gracias por acompañarme en esta regresión a mi adolescencia más insortable, y feliz Navidad a todos.

22 comentarios:

  1. Una de las victimas (o verdugos, según se mire)17 de diciembre de 2007, 2:08

    Cuando dices "insortable" querías decir "insoportable" ¿No?

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  2. No, no, insortable, francés coloquial, "que no puede - o debe - ser sacado (enseñado)". "Les parents insortables" son esos familiares bochornosos que es mejor no enseñar en público porque mojan pan en las salsas, dicen inconveniencias y revelan los humildes orígenes del personaje recién encumbrado.

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  3. Muchos detalles del pasados nos marcan el futuro.

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  4. Hacer o no del pasado una norma para el futuro, esa es la cuestión.

    Feliz navidad para vos también.

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  5. Ah, insortable, o sea vos mismo

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  6. Di que no, chiquitín, que en el fondo me ha encantado que salvaras esa reliquia de la prehistoria.

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  7. Otra vez la pesada de Tuer Mana18 de diciembre de 2007, 2:06

    ¿No se puede mojar pan en las salsas? ¿Por eso no me invitas a tu casa cuando hay extraños?

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  8. Pero qué agradable llegar a casa y escuchar este concierto! Muy bien! La primera la cantábamos en la guagua de vuelta de algún concierto, yo decía eso de "Unos tocan violines y hacen liro liro liro..." y la segunda formaba parte de nuestro repertorio, me parece muy dulce y me ha traido muchos recuerdos. Las otras dos no las conocía. Me encantó el anónimo, que no es nada fácil de cantar. En todo caso enhorabuena por tan afinada familia, coral e instrumental. Y felices fiestas!

    Un beso muy grande!

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  9. Hola, júbilo matinal, muy entrañable tu post, me pasaré por aqui a menudo y más desde que se te ha unido Vanbrugh, por el que he conocido este blog. Muy buena adquisición, inteligente, culto, con sentido común y muy divertido cuando le da la “vena”.

    Saludos.

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  10. Gracias, Zafferano. Otro beso para tí.

    Bienvenida, Ariadna, estás en tu bitácora. Gracias en nombre de Vanbrugh, pero no te pases con los elogios que se pone muy tonto. (Entre nosotros: la mitad es fachada)

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  11. Me habéis dejado preocupado, nerotransmisores y Lansky. Lo del pasado que nos marca el futuro y del que hasta podemos hacer una norma me suena a esclerosis, parálisis progresiva, detención del crecimiento y punto final. Me he preguntado seriamente si estos vistazos al pasado en que incurro últimamente no serán un mal síntoma.

    Debo decir que me han tranquilizado bastante los últimos posts del blog de Lansky sobre el tema, que recomiendo a quien no los haya leído. Parece que es posible integrar armoniosamente el pasado en el presente y proyectarlo al futuro sin que eso signifique que hayamos arrojado la toalla, ni que a partir de ese momento vayamos a dedicarnos solo a revisar el album de fotos, con los pies junto al brasero.

    En cualquier caso, si me pongo demasiado pesado con estas cosas, me den un toque.

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  12. Ciertamente este post es un buen ejercicio de impudicia, algo que, pese a las reticencias que nuestras educaciones represivas nos provocan, siempre es recomendable como sana costumbre de quitarnos importancia. En todo caso, y a pesar de no ser para nada buen juez en materias musicales, no me parecen los cánticos nada vergonzantes, más bien al contrario. El poliglotismo panhispánico que demuestra vuestra familia, ¡allá por las ominosas décadas franquistas!, visto hoy resulta de una edulcorante corrección pacifista que no puedo interpretar, dadas las fechas, como una cordial invitación a la concordia (salvando el empleo del término "vascuence"). En fin, que vaya también para ti mi felicitación navideña.

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  13. Corrijo:
    ... que no puedo interpretar, dadas las fechas, SINO como una cordial invitación a la concordia ...

    Feliz navidad (again)

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  14. Pues el caso, querido Miroslav, es que la palabra "vascuence" es una perfecta y honrada palabra castellana, que durante siglos se ha empleado tranquilamente para que los hispanohablantes nos refiramos a nuestros conciudadanos vascos y a cuanto a ellos se refiere, incluyendo su hermoso idioma; y que no veo - o para ser sincero, sí veo, lamentablemente, pero me gustaría mucho no tener que ver y he decidido hace tiempo hacer como si no viera - por qué nadie debería entender que hay en su uso nada contrario al más cordial y sincero deseo de concordia.

    El argumento es tan obvio y tan manido que da cierta vergüenza invocarlo, pero sigue siendo tan exacto y tan indiscutible que es imposible no hacerlo: del mismo modo que, hablando en español, no digo que un villancico está en français, ni en english, tampoco debo decir que está en euskera. En castellano, que es el idioma que estoy empleando y a cuyo léxico me debo ceñir, hay varias palabras para referirnos a los vascos y a su idioma: vasco, vascuence, vascongado, eúscaro, eusquérico. Son todas ellas sinónimas, eufónicas, totalmente legítimas y todas las demás esdrújulas con que quieras calificarlas. Si alguien ha decidido preferir el uso de unas sobre el de otras, o hacer cargar a algunas de ellas con determinadas connotaciones, no solo esa decisión no me incumbe, ni me afecta, ni mucho menos me obliga, sino que, más bien, me invita a desafiarla y a contravenirla, porque, te lo confieso, es precisamente ese género de convenciones bien pensantes y políticamente correctas, que nadie enuncia pero que todos acatan, el que me tiene hasta mucho más arriba del gorro, en este y en otros muchos terrenos.

    De modo que vascuence, sí, con toda mi cordialidad, con todo mi respeto y con toda mi admiración, por el idioma y por la magnífica gente que lo habla o lo tiene como lengua cooficial.

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  15. Perdón, Miroslav, que me embalo y se me olvida lo más importante: un fuerte abrazo para tí y feliz Navidad.

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  16. Eso. ¿por qué cuando salgo por la N-6 tengo que leer, en Madrid, que voy en dirección "A Coruña". Si ya se, y a Tordesillas, y a Simancas y a León. Y a "LA" Coruña, rediez. Que estoy en Castilla, y aquí se habla castellano, y también exijo un respeto para mi Castellano. Que por otra parte es el Primer Idioma Oficial de este país, creo.

    Bueno, y pues eso, que Felices pascuas a todos.

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  17. Tienes toda la razón del mundo; ciertamente si hablamos en castellano lo correcto es denominar los idiomas por su nombre castellano cuando, como es el caso del vasco, lo tienen. Pero el que tengas toda la razón no quita, como admites sin remilgos hipócritas, que tanto el término euskera como, en el lado contrario, vascuence o vascongado (no así vasco) están cargados de connotaciones "militantes" y, efectivamente, usarlos (especialmente el que tú usas) implica una declaración desafíante. Por supuesto eres muy libre y, en gran medida, comparto y entiendo tus motivaciones; no obstante, no puedes ignorar que al emplearla no contribuyes precisamente a la concordia.

    A veces, en todo caso, la concordia no es un bien supremo. Conste que no hago juicios de valor. Venturosas fiestas y Zorionak.

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  18. Si a mi vecino de enfrente, Miroslav, le diera por ofenderse cada vez que me pongo mi jersey verde o cada vez que estornudo, ciertamente yo sería consciente de que estornudando o usando el jersey en su presencia no estaría precisamente contribuyendo a la concordia. Pero ni me consideraría culpable de ello ni, creo, mi amor por la concordia me llevaría a cambiar de atuendo o a suprimir los estornudos. Pensaría que es problema suyo, y que quien verdaderamente atenta contra la concordia es quien se empeña en considerarla rota cuando y porque a él le da la gana; y seguiría estornudando cuando me lo pide el cuerpo y vistiendo como me pareciera bien. Con el uso de mi idioma me sucede lo mismo. Si hay quien ha decidido molestarse porque yo siga llamando vascongado a lo que toda la vida se llamó vascongado, creo que el único camino legítimo hacia la concordia pasa por que ese alguien cambie de criterio y entre en razón. Yo no veo nada malo en el mío, y cambiarlo por las manías del prójimo me parece una lamentable forma de alentar y fomentar las manías. A lo que, sinceramente, no estoy dispuesto.

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  19. Estaba yo (a 20 de Agosto de 2008) intentando entretener las tediosas horas de trabajo y me encuentro... ¡EL VILLANCICO! o sea, EL VILLANCICO, que ya de por sí es una palabra fea, EL VILLANCICO que ha machacado mi niñez, la de mi pobre hermana y ha estado a punto de provocar que mi padre se sumerja definitivamente en el alcohol y pida el divorcio (o el asilo político en Australia. Y se lo hubieran dado fácilmente).
    Yo no quiero que se lo tomen a mal los intérpretes que cantan divinamente, pero que mi Señora Madre lo ponga una y otra vez, año tras año, sabiendo como sabe las reacciones que provoca, es atentar contra la concordia y herirla de muerte en una época de amor, reconciliación y buenos sentimientos. Yo creo que es de cárcel.
    A pesar de todo, me he reído mucho y además me ha empujado a inaugurar mi participación en este blog.
    Miles de besos y Feliz Navidad

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  20. Siento decírtelo así en tu cara misma, Azofaifa, pero -seguramente lo sabes ya- eres un monstruo. Poco machacó tu niñez para lo que hubiera sido necesario. No padeceríamos ahora estas secuelas. ¿Cuál de ellos era, por cierto?

    Ea, hermosa, muchos besos y feliz... Pentecostés, por ejemplo.

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  21. En el pescao llevais la penitencia, ahora a sufrir vosotros las taras mentales que me dejó la actuación. Siento no haberme expresado con propiedad. Para mi todos los villancicos constituyen uno, no hay ninguno en especial que me dejase más marca. Estaba pensando en volver a escucharlos para decidirme por mi "favorito" que últimamente estoy pelín masoquista del espíritu pero lo mismo me echan.
    Lo del monstruo no me lo tomo a mal, no soy orgullosa. Además con mi natural optimismo me lo he tomado por el lado de "eres estupenda, maravillosa y fuera de serie en todo lo que haces, es por ello DE que eres una monstrua".
    Feliz día de San Adelfo

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  22. No es porque sea mi niña, pero qué salada es la muy monstruita ¿a que si?. Pues es así de salada gracias a que TODAS las navidades le he puesto el VILLANCICO. Y pienso seguir poniéndolo, que conste. Así que ya sabes, guapa: a pedir asilo político en Pernambuco.

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