Hay un refrán bastante ordinario que recomienda no establecer relaciones sentimentales en el mismo ámbito en que se desarrollan las laborales, porque nuestros criterios e intereses en uno y otro campo son necesariamente muy diferentes y, aplicados a los mismos sujetos, suelen acabar acarreando complicaciones desaconsejables. Ya saben cuál, ese tan grosero que empieza diciendo “Donde tengas la olla...”
El caso es que, aunque el consejo es sabio, esta formulación tan popular puede resultar de uso un tanto difícil en según qué ocasiones. Dándole vueltas el otro día se me ocurrieron unas cuantas maneras de expresar la misma idea, no tan abruptas pero igualmente llenas del gracejo que presta a los refranes su presentación en coplillas rimadas. Ofrezco aquí a la pública consideración algunas de estas variantes:
"Donde ganas el sobre mensual, no realices el acto sexual". De una corrección política impecable, apto para su aplicación a ambos sexos.
"Donde su salario obtiene, deje usted tranquilo el pene". Gana en delicadeza sin perder en precisión anatómica.
"Donde ganas el sustento, da reposo a tu instrumento". Sutil y elegante, sugiere sin imponer.
"Donde obtienes el dinero vil, no utilices el miembro viril". Puede ser igualmente empleado en el caso de autónomos, empresarios, rentistas y no asalariados en general.
Solo en una de estas variantes, lo reconozco, he logrado superar el machismo original y formular el consejo de modo que pueda aplicárselo cualquier ciudadano, sin distinción de sexo ni inclinación amatoria. Pero es que mis sugerencias, de momento, se ciñen a la forma y no enfrentan el fondo del asunto. Reconozcan ustedes, a su vez, que algo es algo.
El caso es que, aunque el consejo es sabio, esta formulación tan popular puede resultar de uso un tanto difícil en según qué ocasiones. Dándole vueltas el otro día se me ocurrieron unas cuantas maneras de expresar la misma idea, no tan abruptas pero igualmente llenas del gracejo que presta a los refranes su presentación en coplillas rimadas. Ofrezco aquí a la pública consideración algunas de estas variantes:
"Donde ganas el sobre mensual, no realices el acto sexual". De una corrección política impecable, apto para su aplicación a ambos sexos.
"Donde su salario obtiene, deje usted tranquilo el pene". Gana en delicadeza sin perder en precisión anatómica.
"Donde ganas el sustento, da reposo a tu instrumento". Sutil y elegante, sugiere sin imponer.
"Donde obtienes el dinero vil, no utilices el miembro viril". Puede ser igualmente empleado en el caso de autónomos, empresarios, rentistas y no asalariados en general.
Solo en una de estas variantes, lo reconozco, he logrado superar el machismo original y formular el consejo de modo que pueda aplicárselo cualquier ciudadano, sin distinción de sexo ni inclinación amatoria. Pero es que mis sugerencias, de momento, se ciñen a la forma y no enfrentan el fondo del asunto. Reconozcan ustedes, a su vez, que algo es algo.