lunes, 19 de septiembre de 2011

Maniobras orquestales en la oscuridad

Hace una semana que publiqué otro de mis acertijos musicales. Lo bueno de este género es que una sola idea te da para dos posts, el de la pregunta y el de la respuesta, lo que dada mi habitual sequía, acentuada en los últimos tiempos por el estiaje, es francamente conveniente. Así que me propongo ahora sacarle las últimas gotas de jugo a la ocurrencia.

Se trataba, como recordarán, de averiguar sobre qué conocidas melodías estaba compuesta cada una de estas dos maquinaciones mías: 

Primera maquinación:

¡Que no! - Júbilo Matinal

Segunda maquinación:

Little Spaniard - Júbilo Matinal

Bien, pues aquí van las respuestas a ambos enigmas:

La primera de las dos melodías está enmascarada por el sistema de añadirle un acompañamiento de piano y superponerle otras dos melodías de mi invención, armónicamente compatibles con ella -esto es, que suenan bien juntas.- Un buen oído debe ser capaz de seguir identificándola a través de esta superposición, es decir, de aislar, entre todas las notas que suenan simultáneamente, las que pertenecen al tema buscado. La tarea se facilita mucho suprimiendo las voces añadidas, es decir, pelando la pieza como una cebolla, retirando las capas superpuestas hasta dejar solo la central y original. Vamos a hacerlo:

Retiramos primero la capa añadida más exterior, el tema del oboe, y esto es lo que queda:


Lo pelamos ahora un poco más, suprimiendo también la voz alta del piano:


y seguro que ya todos ustedes están reconociendo sin problemas el tema de que se trata. Pero para estar seguros del todo, le quitamos, por fin, el acompañamiento, la mano izquierda del piano:


y, como pueden ver, queda el tono de Nokia, que todos oímos unas treinta veces al día en algún teléfono móvil cercano. Yo me he limitado a repetirlo seis veces, cambiándolo de tono la tercera y la cuarta para que la secuencia armónica que esboza se complete con una cierta lógica que permita encajar en ella las otras dos melodías de mi invención.

(De paso: "Nokia" suena igual que "¡No!, ¡Quia!""¡Que no!, además de ser otra forma de decir eso mismo, es lo que me da ganas de gritar cada vez que oigo el irritante tonillo.)

J. S. Bach, uno de mis más señalados precursores, maquinando orquestalmente en la penumbra.

La segunda melodía no se ha disfrazado con el mismo método, sino que ha sido cambiada de ritmo y sustituída por otra equivalente, es decir, correspondiente a la misma secuencia armónica. Por decirlo más inteligiblemente, la he cambiado por otra melodía distinta pero que podría ser acompañada por los mismos acordes que la original. Como si en el tema anterior no solo hubieramos superpuesto al tema de Nokia las dos melodías nuevas, sino que a él mismo lo hubiéramos hecho desaparecer. A estas melodías armónicamente equivalentes a una dada se les llama "variaciones" sobre esa melodía, y componerlas es una tradición que se ha mantenido a lo largo de toda la historia de la música.

No soy el primero, ni seré el último, en componer variaciones. El del disco de en medio, Brahms, también lo hacía sobre temas ajenos, como yo. Aquí, concretamente, sobre un tema de Haydn. En aquel dichoso tiempo no había SGAE...


  La sandalia es al pie como la variación al tema
Lo que en este caso debe hacer un buen oído es lo contrario que en el anterior, o sea imaginarse la melodía principal ausente -siempre que la conozca, claro- solo con oir la que la sustituye y la secuencia de acordes que la acompaña; y lo hará tanto más fácilmente cuanto más las nuevas melodías, "variaciones" de la original, le "sugieran" esta última o le ayuden a evocarla. (Si escuchan ustedes, por ejemplo, las "Variaciones Goldberg" de Bach, cosa que les recomiendo encarecidamente, verán que la primera es la melodía principal, el tema alrededor del cual se construyen las siguientes. Y es muy instructivo oir cada una de las demás mientras tratamos de silbar al tiempo la primera, para comprobar la perfección con la que se ajusta a todas ellas.)

En la siguiente pieza he superpuesto, a mi composición, la melodía original sobre la que está compuesta -he metido el pie en la sandalia- para que suenen las dos al tiempo (la melodía original suena por el altavoz izquierdo, mi variación por el derecho); y creo que todos ustedes reconocerán la nueva incorporación, y advertirán que encaja bastante bien con el acertijo al que se superpone y del que es la respuesta:



En efecto, Little Spaniard es, una vez más, la Marcha Real, que ya sirvió de motivo, hace un par de años, para otro de mis acertijos. Es, si lo recuerdan, una nueva versión, algo más adornada, del arreglo que ya colgué entonces, al dar la solución, como ejemplo de las muchas transformaciones que pueden hacerse a partir de cualquier melodía, con solo un poco de imaginación; y debo decir que estoy muy orgulloso de él. ¡De qué misteriosos caminos se sirve la Providencia para conseguir que un iconoclasta irredento, como yo, sienta alguna clase de orgullo por su himno nacional!(*) De hecho uso esta versión mía como tono de mi teléfono móvil -que, por cierto, no es Nokia.- (Ven que, finalmente, hay una sutil relación entre ambos acertijos. Todo va  encajando...)
(*) Suponiendo que a la Providencia le parezca que el orgullo acerca de los himnos nacionales es cosa digna de ser fomentada, lo cual es muy dudoso, a poco providente que sea.


Quizás hayan advertido que, además de cambiarle el ritmo y variarle la melodía, he alterado ligeramente, aquí y allá, la armonía de la Marcha Real. En algunos compases los acordes no son exactamente los mismos que los de la versión original, que me resultaban excesivamente marciales y obvios (**); su nuevo carácter de fox trot me parecía requerir un pequeño toque de sutileza armónica, además de rítmica.

(**) Ya saben ustedes que la música militar es a la Música lo que la justicia militar a la Justicia...
 Podemos decir, como conclusión, que lo que he hecho con nuestro Himno Nacional ha sido una himnovación. (El chiste no es mío, que conste, es de Les Luthiers. Reconozcan que es bueno...)

Este dibujo, aunque no tenga firma, es también de QUINO. Gracias, maestro.

Pues sepan que hay quien ha reconocido las melodías enmascaradas, a pesar de mis maquinaciones. No muchos, pero algunos, y todos ellos han optado, cortésmente, por enviar sus respuestas a mi correo, como sugerí, en vez de publicarlas en los comentarios.

- El primer acertante de todos fue Ricardo. Reconoció inmediatamente ambos temas, aún antes de publicado el post, dado que lo utilizo como banco de pruebas y le envío siempre mis tropelías musicales antes de hacerlas públicas. (Si él no las identifica, lo que hasta ahora no ha sucedido nunca, ya sé que nadie lo hará).

- Apenas media hora después de publicado el post me enviaron su respuesta María y Johannes. Ella dió con el tema de Nokia, me dicen, y él con el de la Marcha Real, lo cual tiene doble mérito habida cuenta de que es alemán y no tenía por qué conocerlo siquiera. (No, ella no es finlandesa. Es madrileña.) (No, él no es Brahms. Otro Johannes.)

- Un par de días después Carmen me escribió para comunicarme que había identificado la Marcha Real "ella solita". De la primera maquinación no me dijo nada.

- He tenido incluso un acertante de ultratumba, un nuevo contacto llamado Herbert Von Karajan, cuyo mensaje rezaba como sigue:
I have been strongly impressed by the musical quality of your work. I guess that the songs that you propose are the Nokia aria and the national anthem of Spain. I will try to contact you in an upcoming trip to Spain.
Sincerely yours,
Herbert
Me hizo verdaderamente mucha ilusión, de modo que resolví ignorar que Von Karajan lleva muerto cosa de veinte años y que la cuenta remitente era la de uno de mis asiduos e ingeniosísimos lectores; y les ruego que lo ignoren ustedes también y que cuenten entre los acertantes a mi nuevo amigo Herb.

- Por último Miroslav me anunció en un comentario que creía saber qué tema era el segundo; pero ha debido de preferir guardar para sí sus sospechas. Espero que este post se las confirme.

Enhorabuena a los acertantes por su buen oído, y muchas gracias a todos por leerme. Y, lo que tiene aún más mérito, por escucharme.


W. A. Mozart
P.S.- A modo de despedida les dejo un nuevo ejemplo de Variaciones, este debido al talento de otro al que tampoco se le daban mal estas cosas. Las Variaciones en Do Mayor K 265 están compuestas sobre una canción infantil francesa, Ah, vous dirai-je, Maman (también conocida en inglés como Twinkle, twinkle, little star, y en español como Campanitas del lugar) y en ellas hay modificaciones de melodía, de ritmo y hasta de tonalidad, sin que en ninguna deje de reconocerse el sencillo tema original. El autor es un tal Wolfgang Amadeus Mozart, y aquí las interpreta al piano Aldo Ciccolini.



(Para los que les interesen estas cosas: el tema original es el que suena desde el minuto 0:00 hasta el 0:50. Sus doce variaciones empiezan, respectivamente, en: -0:51  -1:22  -1:53   -2:27   -3:00   -3:39   -4:14   8ª(en tono menor)-4:43    -5:19   10ª-5:46   11ª-6:15 y 12ª-8:05.)

La canción infantil que estas variaciones de Mozart han hecho famosa es uno de esos temas que perviven y reaparecen a lo largo de toda la historia de la música. Además de Mozart la han utilizado como tema de sus composiciones muchos otros músicos, como pueden comprobar en este artículo de la Wiki; y aún ahora mismo sigue asomando la cabeza aquí y allá. Por ejemplo, (esto ya son elucubraciones mías, no me hagan mucho caso) en la famosa Somewhere over the Rainbow, de Harold Arlen, que Judy Garland cantaba en El Mago de Oz (1939), puede descubrirse sin mucho esfuerzo la huella de esta misma canción: la melodía principal a mí al menos me parece una variación sobre las primeras catorce notas de Ah, vous dirai-je, Maman, perfectamente encajable en ellas, como se comprueba en este montaje: (El oboe toca Ah, vous dirai-je... y el piano Somewhere... Sí, lo siento, es que el oboe es el instrumento solista que menos estridente suena en el Finale, por eso abuso tanto de él...) (***)



Israel Kamakawiwo'ole
Más claramente aún: en esta versión de Somewhere over the rainbow, grabada por Israel Kamakawiwo'ole a mediados de los noventa del siglo pasado, y concretamente en el pasaje que va del minuto 2:09 al 2:50, suenan inequívocamente las catorce primeras notas de Ah, vous dirai-je..., sin variación alguna. (Debo a mi hijo Ignacio el conocimiento de esta preciosa versión):



(***) Y además un bisabuelo mío fue catedrático de oboe en el Conservatorio de Madrid. Y -Dios castiga sin piedra ni palo- compuso gran cantidad de marchas militares...


Actualización.- No tengo más remedio que actualizar este post, a la vista de las últimas noticias. Habrán visto en los comentarios el de Cigarra que atribuía a Fernando Sor el tema de Nokia, y el mío posterior que, hechas las correspondientes investigaciones, dejaba claro que el tema en cuestión es, en realidad, de Tárrega. Por si tienen curiosidad, aquí está su Gran Vals en que apareció por primera vez la famosa musiquilla (suena al final de la primera frase, a partir del 00:11, y vuelve a sonar al final. Todo el vals es precioso, así que se lo dejo entero:



Mi reconocimiento a María, que fue la primera en advertírmelo, aunque yo no la hiciera entonces caso, y a Cigarra, que me ha vuelto a poner sobre la pista.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Acedía tardoestival

Lo sé, lo sé, estoy muy perezoso. Desde finales de mayo no escribo nada en este blog y, para ser sinceros, lo último que escribí era una chorrada. (Optimista afirmación que parece dar por supuesto que el resto de lo que he escrito, no). Pero es que me he cambiado de trabajo, operación que, entre despedidas y estrenos, consume una cantidad de energía francamente agotadora, y luego me he ido de vacaciones, y ando ahora en esa fase posvacacional en la que uno se pregunta por qué cuernos no puede vivir todo el año como durante el último y bienaventurado mes; o sea, que tengo la cabeza en otra parte, no sabría exactamente precisar en cuál, y no me da la vida para ocuparme de Internet, o solo poquito: ese poquito que mi avatar Vanbrugh desparrama a ratos en forma de comentarios por tres o cuatro blogs cercanos que consiguen de vez en cuando sacarme del marasmo mental en que yazgo.


(Este estupendo dibujo de Grillo, que se está convirtiendo en algo así como mi ilustrador oficial, puede darles una idea aproximada de mi actual disposición vital. No se alarmen por la ametralladora, debe de simbolizar -tengo que preguntárselo a mi psicoanalista en cuanto me consiga uno- el ánimo agresivo y eficaz con que encaro mis nuevas obligaciones profesionales. Del significado del resto tampoco tengo ni la menor idea.)

A pesar de todo lo cual algo hago, no crean, aparte de trabajar. Sigo, cómo no, maquinando aberraciones musicales con el Finale, por ejemplo. He aquí, en forma, una vez más, de

Acertijo musical

un par de resultados de estas actividades:


¡Que no! - Júbilo Matinal


Little Spaniard - Júbilo Matinal

(Aprovecho para probar un alojamiento nuevo de música, Goear, en vista de que el mío habitual, Divshare, parece estar colapsado por algún motivo y ni me deja subir músicas, ni me permite escuchar las que ya tengo subidas y colgadas. Esperemos que no dure, o tendré que transmigrar toda la del blog al nuevo sitio.)

(DivShare vuelve a estar en uso, y me apresuro a utilizarlo de nuevo. Goear, como habrán quizás tenido que padecer -ojalá no- ¡mete publicidad! ¡En mi blog! Hasta ahí podíamos llegar.)

El primero, al que he titulado "¡Que no!" por motivos que quizás entiendan si dan con la respuesta, es una pieza para oboe y piano. El oboe toca una voz cantante de mi invención. La mano izquierda del piano -las teclas más graves- hacen el acompañamiento. Y la mano derecha toca dos voces: de ellas la más aguda es también obra mía, pero la más grave es un tema muy conocido, que todos ustedes oyen unas cuantas veces al día y que quizás puedan reconocer, a pesar de presentarse amalgamado con el resto de voces. Averiguar cuál es este último tema es la primera parte de mi acertijo de hoy.

El segundo, llamado "Little Spaniard", también por motivos fáciles de deducir cuando se sabe de qué tema se trata, es mi particular arreglo de otro conocido tema musical. Los lectores atentos de este blog quizás recuerden que ya han tenido ocasión de escucharlo, en un post de hace cosa de un par de años, aunque la que ahora cuelgo es una nueva versión enriquecida. Igual que en el anterior, hay un oboe que lleva la voz cantante y un piano que le acompaña y hace, además, una especie de antífona a la melodía principal. En este caso se trata de adivinar, como segunda parte de mi acertijo, cuál es la obra musical versionada.

(Pueden enviar sus respuestas a jubilomatinalarrobagmailpuntocom, casi mejor que escribirlas en los comentarios, para la cosa de si alguien más quiere intentarlo).
De verdad que siento no ofrecerles otra cosa más interesante, pero es que no estoy para nada.