miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Qué más quiere la ciencia en España que unas buenas tijeras?


Hay hoy prevista, por lo que me ha llegado, una iniciativa bloguera para que los cuatro sediciosos de siempre aprovechen lo que creen una buena ocasión y perseveren en su sempiterna tarea, la maledicencia y la labor de zapa contra el sin par Gobierno que tenemos la dicha de disfrutar. Creo mi gregario deber de buen ciudadano no solo no sumarme a este malintencionado movimiento sino, en la medida de mis pobres fuerzas, tratar de combatirlo, neutralizarlo y demostrar que no todo son insidias y malevolencias en la blogosfera, y que hay también blogs leales y conscientes que saben a qué ascua deben arrimar su sardina.

El pretexto para la algarada es, al parecer, el recorte del Presupuesto de que disfruta la ciencia española. Mi primera sorpresa ha sido enterarme de que la ciencia española tenía un presupuesto. ¿Qué digo? De que existía algo llamado ciencia española. ¿Quién ha oído hablar nunca de tal cosa? Si suena a oximoron, más que a nada... Jamás, en mis bien aprovechados años de bachillerato, supe de ninguna ley física, teorema matemático, especie animal o vegetal, elemento químico o astro que debieran su formulación o su descubrimiento a un español, ni que llevaran otro nombre que los consabidos franceses, ingleses, alemanes o hasta italianos o escandinavos. Quiero decir que uno puede tomarse en serio la Ley de Boyle Mariotte, o la de Rutheford, y hasta el experimento de Torricelli -digo así, por ejemplo, desempolvando mis remotos recuerdos escolares- pero ¿les parece a ustedes que se podría estudiar algo que se llamara, pongo por caso, Principio de Gómez Iglesuela? ¿Creen que cabría en la tabla periódica de elementos una que se llamara, sin ir más lejos, "garridelio"? ¿Se imaginan un nuevo planeta o una nueva estrella identificados como "Fernández"?

Ya ven lo que quiero decir. ¿Ciencia española? ¡Venga, hombre! Ni falta que nos hace.

Bueno, pues con tan débiles, por no decir inexistentes, credenciales, resulta que este ente de razón tenía, y tiene, asignadas cuantiosas sumas del erario. Partidas presupuestarias que, detraídas de gastos legítimos y necesarios -cosas como coches oficiales, gastos de representación, mantenimiento de edificios gubernamentales, retribuciones de los probos funcionarios que son su adorno y su razón de ser, subvenciones a diversas entidades de gran interés social y cultural; lo que viene siendo el Presupuesto, vaya- se dedicaban, y se dedican, a esta entelequia no ya cuasi inexistente, sino de existencia, en todo caso y a todas luces, superflua. Que semejante despilfarro se haya mantenido en tiempos de bonanza puede pasar, por razones estéticas, más que otra cosa, y para acallar insidias: si todos los presupuestos nacionales dedican dinero a esas cosas, sea, pongamos también nosotros en el nuestro alguna partida "científica". Sobrando, como digo, no hay inconveniente en malgastar unos cuantos millones de euros en asuntos así.

Pero ¿qué más lógico y natural que, cuando llega el momento de crisis y la penuria pone en peligro nuestros sueldos, nuestras prebendas, nuestro bien tramado montaje de reparto de dinero entre quienes bien se lo han ganado, suprimir los gastos innecesarios y meramente ornamentales? ¿Cabe medida más sensata? ¿Puede pedirse muestra mejor de prudencia y buena administración? La ministra del ramo, consciente la buena mujer de ser no menos superflua y ornamental que el dinero dedicado a su fantasmático departamento, ha sido la primera en mostrarse en todo conforme con el recorte. Le ha parecido de perlas, claro. Para eso es ministra y cobra su buen sueldo, para enfocar los asuntos públicos que le han sido encomendados con rigor y sensatez, y no para poner pegas absurdas y peros impertinentes.

Sigamos su ejemplo el resto de ciudadanos y congratulémonos, con ella, de esta nueva muestra de la sabiduría gubernamental. ¿Que la ciencia española necesita medios? Con el gracejo y el savoir faire que le caracterizan, el Gobierno le ha dado los que más falta le hacían: unas tijeras, para ponerla en su sitio. Esperemos que no le falte ahora mano firme para usarlas a fondo, hasta dejar esta impertinencia extemporánea reducida a las convenientemente inadvertibles dimensiones que siempre ha tenido y de las que solo algunos soñadores irresponsables y mal aconsejados han pretendido, felizmente sin fortuna, hacerla salir.

PD.- ¿Cuándo una asignación presupuestaria para blogs adictos y razonables, señora ministra?


11 comentarios:

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  2. Estimado señor Júbilo Matinal:

    No me resisto a manifestarle la jubilosa emoción que me ha embargado leyendo su magnífico artículo. Cuánto más, al ser el suyo un oasis de sentido común y solidaridad razonable en esta ponzoñosa selva de malintencionadas críticas que me está tocando transitar. Ciertamente que la ciencia en España no es sino un oximorón y, en confianza, he de confesarle que acierta usted (admirada me tiene su perspicacia) al señalar que asignarle un presupuesto a tan inane actividad obedece casi exclusivamente a las servidumbres de la corrección política. Pero le ruego querido amigo (¿me perdonará mi atrevimiento al atribuirle tal título?) que sea discreto al respecto pues hay verdades que es mejor ocultar a esa gran mayoría que no alcanza sus preclaras luces. De la misma forma, no piense que ignoro mi función superflua y ornamental y entre nosotros le confío que en no pocas ocasiones he tenido que reprimir esa risa tonta que a veces le asalta a una cuando se descubre en tantas y tantas situaciones que podríamos calificar de patéticas si no fuera porque este teatro absurdo está al servicio de más altos fines. Claro que, no le engañaré, ello no deja de tener sus compensaciones y no son los coches oficiales y otras prebendas de mi cargo las únicas ni las más preciadas.

    En fin, amigo Júbilo, que celebro infinito haber encontrado a alguien de su talla moral e intelectual y sólo espero que, por el bien de este pobre país nuestro (y también, para qué negarlo, por el mío propio) persevere en tan loable conducta contribuyendo así a hacer entender a tanto descarriados los esfuerzos solidarios del Gobierno al que me honro pertenecer. Reciba mi más efusivo agradecimiento y sépame siempre a su disposición.

    Suya: Cristina Garmendia, ministra

    PD: Lo de la asignación presupuestaria a su blog (sin duda de altísimo valor en I+D+i) lo podemos arreglar en cualquier momento que a usted le venga bien. Sepa que también dispongo de créditos.

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  3. Sr Júbilo, Sr Miroslav y Sra Garmendia:

    Todos ustedes están tan “cargados” de razón que temo por su flotabilidad (manías de marinero).

    No obstante, y en relación a esos malditos pedigüeños de los científicos y aunque me parece bien que se les ponga en su sitio (en el extranjero, vaya), les recuerdo un mínimo detalle que mencionaba otro tipo muy chinchorrón, un tal Juan de Mairena: “es tan fácil quitarle a un maestro la batuta, como difícil dirigir con ella la Quinta Sinfonía de Beethoven”

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  4. Señora ministra: es un placer servirla, ya sabe usted dónde me tiene para cualquier cosa que se le ofrezca. (Digo: creo que lo sabe, pero hágame el favor de recordar a quien corresponda que el último grupo tiene que ser de diez dígitos, si falta alguno que lo rellene con ceros, que si no los del banco se hacen un lío con la transferencia...)

    Sr. Lansky: creo que se equivoca usted de Ministerio, lo de las batutas debe de ser cosa del de Cultura. Y siento decirle que para músicas no debe de quedar gran cosa, se lo gastan todo en las películas, y hacen bien. ¿Quién ha oído hablar nunca de la Sinfonía de Mairena? ¿Ha hecho Beethoven "la ceja" en las últimas elecciones? Ustedes los intelectuales a veces es que parecen tontos.

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  5. Pero, ¿que hay un Ministerio de Ciencia en España?. No me lo puedo creer. Escomo si me dicen que en Suiza tienen Ministerio de Marina....

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  6. Joder, por esto de la falta de sistematización mezclada con la pereza errabunda no te había leído esto hasta hoy y leñe, que me has convencido.

    Que no edito mi entrada para borrarla y ponerte un link grande como una partida presupuestaria de algo útil pues por la pereza y la errabundez, ¡que si no me iba yo a enterar!, ja ja.

    Un aplauso y una cauta reverencia, que tengo las lumbares algo protestonas con esto del fresquito de las noches.

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  7. Hola, David. Álcese, álcese, buen hombre, y cuide esa espalda.

    Nada me complace más que ser leído asistemáticamente. Es lo menos que puede esperar quien, como yo, escribe también sin el menor sistema.

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  8. Romanos 10. Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salv@.

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  9. Oh, lástima que vea ésto con tanto retraso... de todos modos, no puedo resistirme a ponerlo:

    http://empollonintegrista.wordpress.com/2009/10/05/la-ciencia-en-espana-no-necesita-tijeras/

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  10. Hola, Mostrenco. Leí en su día tu post sobre los recortes presupuestarios para Ciencia, lo disfruté como merecía y hasta estuve tentado de reproducir tu estupendo logo.Pero hacía ya una semana de la fecha clave y lo dejé pasar...

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