miércoles, 29 de octubre de 2008

Un gorila suelto



Georges Brassens
- Le Gorille

De todas las canciones de Brassens probablemente sea “Le gorille”, “El gorila”, escrita en 1952, la más representativa, la que a un francés medio le viene antes a la cabeza cuando piensa en su autor. Brilla en ella su humor rebelde, iconoclasta y un tanto feroz y concitó como ninguna la habitual reacción indignada de la sociedad bienpensante ante sus provocadoras boutades. Él mismo la citó en una canción posterior (1960), "Le mécréant", "El descreído", en la que cuenta cómo, deseando tener la fe de su carbonero, "que es feliz como un papa y gilipollas como un cesto", y aconsejado por su vecino de abajo, "un tal Blas Pascal", decide, tras "rezar e implorar de rodillas", "hacer como si creyera, para así acabar creyendo". Se "traviste" "una sotana de su talla" y se echa al mundo a cantar, "en busca de la fe salvadora". Encuentra a un grupo de "pestes de sacristía" que, tomándole por un cura, le ruegan que les cante "alguna canción santa, de la que tenga el secreto". Él les canta "Le gorille" y "Putain de toi", tras de lo cual le persiguen, indignadas, para "hacerle sufrir el suplicio de Abelardo". Lo salva de la castración la intervención de una "dama de la caridad". Con el argumento de que no es cosa, habiendo tantos hombres que tienen "la perversa inclinación de tomar a Cupido por el otro lado", de arrancar sus atributos a los pocos que aún los utilizan convenientemente, convence a las beatas, que le despiden entre ovaciones. Pero él, escarmentado, renuncia a "dar un paso más en el camino del Cielo: o la fe viene por sí misma, o no vendrá de ninguna manera." La canción merecería un post por sí sola, pero la cito aquí porque muestra cómo el propio Brassens no encontró mejor ejemplo que El gorila cuando quiso resumir la clase de canciones que él cantaba y las reacciones que provocaban.


En la intención expresa de Brassens se trataba, fundamentalmente, de un alegato contra la pena de muerte, que en Francia no fue abolida hasta el 9 de Octubre de 1981, veinte días antes de morir él.
En réalité, je me suis engagé. Seulement, les mauvais esprits ou ceux qui sont dépourvus d’esprit ne s’en sont pas aperçus. Pour que les gens un peu imbéciles s’imaginent que vous êtes engagé, il faut que vous énonciez des faits, il faut que vous leur disiez, voilà : "je suis contre la peine de mort". Moi, je n’ai pas dit "je suis contre la peine de mort", j’ai écrit Le gorille.

(“En realidad sí que he tomado partido. Sólo los malintencionados o los tontos no se han dado cuenta. Para que los que son un poco imbéciles se enteren de que tomas partido tienes que anunciarlo, tienes que decirles, por ejemplo: “estoy en contra de la pena de muerte”. Yo no he dicho “estoy en contra de la pena de muerte”, yo he escrito Le gorille.”)
Con estas palabras Brassens refutaba una de las acusaciones que con más frecuencia se le hicieron, particularmente desde la izquierda: la de no "tomar partido" ("s'engager"), la de ser un irresponsable anarquista que rehusaba el compromiso con mundo real y se mantenía al margen de los problemas más o menos políticos de la gente. Y de paso aclaraba, con el ejemplo de El gorila, que la intrascendencia burlona de sus canciones era solo aparente y, lejos de ser indiscriminada ni arbitraria, obedecía a una postura previa, no menos decidida por no ser explícita.

Yo sospecho, sin embargo, que aunque esto sea fundamentalmente cierto, no es del todo como él lo cuenta. Sin duda Brassens estaba contra la pena de muerte y sin duda sus canciones traslucían sus opiniones y sus posturas, en este y en muchos otros terrenos; pero no creo que escribiera Le gorille como manifiesto político contra la pena de muerte, ni que ninguna otra de sus canciones obedezca a un propósito previo ni programático. Lo suyo no era, pienso, la "canción protesta" ni la literatura militante y, del mismo modo que el gorila no sodomizaba jueces para castigarlos por su injusticia, sino porque se lo pedía el cuerpo, él no escribía canciones para difundir consignas, sino porque disfrutaba con ello. Como su gorila, Brassens siempre fué por libre.


Hace un montón de años que yo traduje Le gorille y, a mi vez, no me movía tanto el deseo de ser fiel al original francés como el de divertirme y hacer una canción "cantable". Suprimí por eso la alusión final a la pena de muerte, que en la España de los ochenta no era cuestión que viniese muy a cuento, y la sustituí por la más candente de la benevolencia de algunos jueces hacia el machismo y las violaciones. En fin, aquí tienen ustedes mi versión, puesta en paralelo con la original. Disfrútenlas. (El retrato de Brassens es del artista francés Gondo. La mano con pipa del gorila es también suya, superpuesta a la foto por mi.)


EL GORILA

Con la conciencia muy tranquila
las mujeres del poblachón
contemplaban al gran gorila,
que se estiraba en su jaulón.
La impudicia de las comadres
las llevaba justo a mirar
aquellas partes que mi madre
no me permite aquí nombrar.

¡Ojo al gorila!

De repente se abrió el seguro
que encerraba al gran animal,
no sé por qué, aunque me figuro
que lo habrían cerrado mal.
El gorila escapó rugiendo:
“¡Voy a perderla de una vez!”
Como ya estaréis suponiendo
hablaba de su doncellez.

¡Ojo al gorila!

“¡Atención, despejen la zona!”
- comenzó el guardián a gritar
“¡Que nunca ha conocido mona
y se va a querer estrenar!”
Cuando la femenina audiencia
conoció dicha condición,
mostró bastante más prudencia
que entusiasmo ante la ocasión.

¡Ojo al gorila!

Hasta la que con más vehemencia
le admiró la virilidad
huyó, probando su incoherencia
y su falta de seriedad.
Su conducta muy mal se explica,
pues el gorila hace el amor,
como bien saben muchas chicas,
mejor que el hombre, mucho mejor.

¡Ojo al gorila!

Todo el mundo buscó enseguida
escapar del simiesco ardor
salvo una anciana desvalida
y un juez joven y emprendedor.
Viendo que todos le esquivaban
el gorila, con rapidez,
se dirigió a donde se hallaban
la abuelita y el señor Juez.

¡Ojo al gorila!

“Hay que ver” – suspira la vieja.
“Hoy va a ser la primera vez
que alguien me quiera por pareja
desde mil novecientos diez...”
Mientras tanto el juez reflexiona:
“No es posible que este animal
me confunda con una mona...”
Pero había previsto mal.

¡Ojo al gorila!

Suponer no nos cuesta nada:
Si tuvierais también que optar
entre un juez y una antepasada
¿cuál de los dos querríais violar?
Yo confieso de buena gana
que, de hallarme ante tal opción,
sin dudarlo sería la anciana
el objeto de mi elección.

¡Ojo al gorila!

Por desgracia este noble bruto,
que en el amor es un campeón,
no se distingue en absoluto
por su buen gusto ni educación,
Y, así, en vez de elegir la vieja,
como haríamos usté o yo,
agarró al juez por una oreja
y tras un seto se lo llevó.

¡Ojo al gorila!

Lástima que lo allí ocurrido
no me dejen aquí exponer,
pues nos habríamoss reído,
y eso siempre es de agradecer.
Sí diré, de todas maneras,
que el Juez ya siempre penó con
sentencias duras y severas
los delitos de violación.

¡Ojo al gorila!
LE GORILLE

C'est à travers de larges grilles,
Que les femelles du canton,
Contemplaient un puissant gorille,
Sans souci du qu'en-dira-t-on.
Avec impudeur, ces commères
Lorgnaient même un endroit précis
Que, rigoureusement ma mère
M'a défendu de nommer ici...

Gare au gorille !...

Tout à coup la prison bien close
Où vivait le bel animal
S'ouvre, on n'sait pourquoi. Je suppose
Qu'on avait du la fermer mal.
Le singe, en sortant de sa cage
Dit "C'est aujourd'hui que j'le perds !"
Il parlait de son pucelage,
Vous aviez deviné, j'espère !

Gare au gorille !...

L'patron de la ménagerie
Criait, éperdu : "Nom de nom !
C'est assommant car le gorille
N'a jamais connu de guenon !"
Dès que la féminine engeance
Sut que le singe était puceau,
Au lieu de profiter de la chance,
Elle fit feu des deux fuseaux !

Gare au gorille !...

Celles là même qui, naguère,
Le couvaient d'un œil décidé,
Fuirent, prouvant qu'elles n'avaient guère
De la suite dans les idées ;
D'autant plus vaine était leur crainte,
Que le gorille est un luron
Supérieur à l'homme dans l'étreinte,
Bien des femmes vous le diront !

Gare au gorille !...

Tout le monde se précipite
Hors d'atteinte du singe en rut,
Sauf une vielle décrépite
Et un jeune juge en bois brut;
Voyant que toutes se dérobent,
Le quadrumane accéléra
Son dandinement vers les robes
De la vieille et du magistrat !

Gare au gorille !...

"Bah ! soupirait la centenaire,
Qu'on puisse encore me désirer,
Ce serait extraordinaire,
Et, pour tout dire, inespéré !" ;
Le juge pensait, impassible,
"Qu'on me prenne pour une guenon,
C'est complètement impossible..."
La suite lui prouva que non !

Gare au gorille !...

Supposez que l'un de vous puisse être,
Comme le singe, obligé de
Violer un juge ou une ancêtre,
Lequel choisirait-il des deux ?
Qu'une alternative pareille,
Un de ces quatres jours, m'échoie,
C'est, j'en suis convaincu, la vieille
Qui sera l'objet de mon choix !

Gare au gorille !...

Mais, par malheur, si le gorille
Aux jeux de l'amour vaut son prix,
On sait qu'en revanche il ne brille
Ni par le goût, ni par l'esprit.
Lors, au lieu d'opter pour la vieille,
Comme l'aurait fait n'importe qui,
Il saisit le juge à l'oreille
Et l'entraîna dans un maquis !

Gare au gorille !...

La suite serait délectable,
Malheureusement, je ne peux
Pas la dire, et c'est regrettable,
Ça nous aurait fait rire un peu ;
Car le juge, au moment suprême,
Criait : "Maman !", pleurait beaucoup,
Comme l'homme auquel, le jour même,
Il avait fait trancher le cou.

Gare au gorille !...


11 comentarios:

  1. Qué genio era este hombre y qué modo tan delicioso de hacer rodar las "rr" en el oído. Tu traducción es impecable, y me ha ayudado a entender algunas palabras cuyo significado exacto se me escapaba (aunque el tono general no deja lugar a dudas). Pero por si cambias de parecer y decides hacer alguna alusión a la pena de muerte en la estrofa final, ahí va una sugerencia:
    "...ya que el Juez en aquel instante / lloraba a gritos diciendo: ¡NO! / del mismo modo que lo hizo antes / el pobre reo al que condenó / ¡Ojo al gorila!"

    ResponderEliminar
  2. Famosa por estos lares aquella errata del BOE que hablaba del Conejo General del Poder Judicial. Y que incluso hubiera podido mejorarse si el linotipista -¡por aquellos días existían todavía linotipistas!- se hubiera vuelto a equivocar poniendo una "j" donde lo que porcedía insertar era la "p".

    el_clavadista_solitario

    Y abundando en lo mismo decían de cierto juez los señores abogados "...siempre, siempre se equivoca. Cuando falla, la jode. Y cuando tiene que joder va... y... falla".

    (Te habrás fijao Vanbri, que cuando utilizo puntos suspensivos ya pongo siempre tres, ni uno más ni uno menos)

    Avisar por último: ¡ojo al Vanbrugh!.

    ResponderEliminar
  3. Mi ignorancia del francés te agradece tu traducción (y a Cigarra la addenda fidelista). La verdad que me he reído y hasta, con mi pésimo oído, la he cantado en español y sí, ye ha quedado muy cantable.

    ResponderEliminar
  4. Cierto, Cigarra. Yo consideraré que sé algo de francés cuando consiga que las erres me suenen como las de Brassens. (Creo que es imposible si no se ha empezado antes de los dos años. Me consolaré pensando que ellos son incapaces de pronunciar la erre española por motivos simétricos.)

    Estupenda tu traducción de la ultima estrofa. Queda como alternativa.

    Pobres de los jueces, Clavadista. Qué mal los hemos tratado siempre las gentes de mal vivir. Hay un gorila agazapado dentro de todos nosotros, esperando saltarles al... cuello a la menor equivocación.

    Me alegro de haberte hecho reir, Miroslav, y más aún de haberte hecho cantar. No creo que haya logro más satisfactorio para una canción.

    ResponderEliminar
  5. Pero mira que eres bueno traduciendo! Yo no tengo ni idea de francés ¡y he entendido todo el post!
    Menos la poesía del final que no está traducida y alguna que otra estrofa más.

    Un beso enorme! En serio, no es fácil traducir logrando tanta musicalidad.

    ResponderEliminar
  6. sabes que compartimos la (?) devoción (?, en mi caso, sí) por brassens, por cierto, tu versión muy buena. También comparto tu opinión de que no repartía consignas sino que transmitía formas de estar en el mundo, pero eso es lo mismo que él decía, de ahí que sólo los tontos necesiten declaracriones explícitas al respecto. Lo que es indudable es que alguien que escribe Le gorrielle no poued estar a favor de la pena de muerte , indepenndientemente de que sodomice o no a jueces (mala opción sexual, opino, frente a la viejita, pero hay que dar por hecho que dado su temprano confinamiento el pobre primate era inexperto en estos temas). Entre nosotros, sólo Krahe se aproxima al gran maestro, por contra, Paco Ibañez, al que conozco personalmente y es una bellísima persona, que me perdone, pero...sus versiones...de George...no me consiguen levantar...aunque reconozco su valor divulgativo. Vivan las pipas, los gatos y los ombligos de las mujeres de los policias

    ResponderEliminar
  7. Gracias, Zafferano. En cuanto tenga un rato me pongo a traducir esa última parte que se me ha quedado en francés. No da uno abasto...

    Lo he dicho ya en algún otro sitio, Lansky: hay cosas de Brassens que son inimitables, pero hay otras, por ejemplo sus perfectas e infalibles rimas consonantes, que cualquier traductor debe esforzarse por imitar lo mejor que pueda –o renunciar por completo a traducirle- porque forman parte importante del encanto de sus canciones y, sin ellas, la traducción pierde su única razón de ser. Es lo que Krahe hace con una perfección cercana a la del propio Brassens y también, me temo, lo que tu amigo Ibáñez, que a mí también me cae muy bien, de lejos, porque no lo conozco, tiende a olvidar o a descuidar. Porque para que una rima consonante se aproxime a la perfección, tienen que pasar dos cosas: la primera, que sea, efectivamente, una rima consonante, es decir, que se cumpla aquello de que sean iguales todas las letras, no solo las vocales, a partir de la última vocal acentuada. Y la segunda, aún más importante: que no suene forzada, que la palabra que rima no haya sido metida con calzador ni vocee a metros distancia que el único motivo de que esté allí es que rima con el final de uno o dos versos más arriba. Evitar los ripios, vaya, y, si no se puede, procurar al menos que tengan gracia por sí mismos y se hagan perdonar su carácter de ripio. Hay también otros detalles importantes, como el ritmo y la acentuación de los versos, que deben poder ser encajados con la melodía sin por ello convertirse en frases absurdas o inusuales; Brassens, diga lo que diga, es siempre idiomático, sus frases jamás dan la impresión de haber sido construidas de ese modo para que rimen o para que encajen. Son francés perfectamente habitual y correcto que, ADEMÁS, rima y encaja. Y, olvidado también esto con frecuencia, jamás mezclar en una misma pieza rimas asonantes y consonantes. O unas, u otras, preferentemente otras, pero nunca, NUNCA, unas Y otras. Vale más renunciar por completo a la rima que sustituir una rima consonante por otra asonante. Las rimas asonantes, o se usan para hacer un romance, preferiblemente largo, o no se usan en absoluto. No sustituyen a las consonantes, ni se mezclan con ellas. Con estas premisas pienso, como tú, que Paco Ibáñez habría hecho bien en seguir cantando a Goytisolo y a Guillén, y dejar tranquilo a Brassens. (Aunque creo que el “culpable” de las traducciones que canta Ibáñez no es él, sino Pierre Pascal. Trasladémosle a él lo dicho.)

    ( Y ustedes disculpen esta intempestiva lección de traducción, que tan acertadamente llama la atención sobre muchos defectos de mis propias versiones brassenianas. Haced lo que digo, no lo que hago.)

    ResponderEliminar
  8. De nada guapetón! Lo mío es deformación profesional, no lo puedo evitar. Y sagacidad, por supuesto... No te agobies, esperaré el resto de la traducción con cierto desespero.

    Besos

    ResponderEliminar
  9. Ufff, qué fuerte, todo lo que has dicho sobre las pobre rimas en un momento. No tengo demasiada capacidad para la versificación, pero si alguna vez, bajo los efectos del alcohol o algo peor(o mejor), intento hacer algo en verso, procuraré tener muy en cuenta tu alegato contra la promiscuidad de asonantes y consonantes.
    Oido cocina

    ResponderEliminar
  10. Siempre me quedo pasmada ante tu infinita sabiduría y tu lógica aplastante (en el buen sentido, eso de aplastante).

    Tendré en cuenta lo de las rimas en asonante y consonante, si doy de mí... pero tus traducciones son increíbles.

    Muchos besos, Carmen

    ResponderEliminar
  11. Gracias, Carmen, ya sabes lo que agradezco los elogios a mis criaturas favoritas. Aplastante sí que lo soy, lo reconozco (mi respuesta a Lansky tiene cuatrocientas cincuenta palabras, no se puede ser tan pesado) pero de sabiduría infinita, nada. Infinita, o casi, es mi verborrea. La sabiduría tiende más bien a callar. Yo estoy en el polo opuesto.

    ResponderEliminar