miércoles, 9 de diciembre de 2009

Huelga de hambre

Manifiesto políticamente incorrecto.

(Ya está bien de escribir cosas que despiertan simpatía y adhesión, hombre. Me apetece variar...)

Mi salud ya no va siendo la que era, mis digestiones se han vuelto más delicadas y, en consecuencia, ya no puedo permitirme excesos que antes cometía sin el menor problema. Como, por ejemplo, leer todos los días el periódico. Es una práctica que he tenido que restringir muy drásticamente, porque sus consecuencias empezaban a afectar a mi salud y a mi vida social. Me estaba volviendo suspicaz, gruñón y sujeto a cambios repentinos de humor. Desde que el que leo más a menudo es este, y los demás apenas los hojeo los fines de semana, he vuelto a ser un sujeto cordial, bien dispuesto hacia mi prójimo y de trato fácil y grato, o al menos esa es la ilusión que me hago. Y este feliz resultado me compensa sobradamente de la falta de información. (Sé que quedaré mal diciéndolo, pero cada vez me importa menos cómo quedo. Y si no aprovechamos ahora, que todavía nos dejan asomarnos a Internet -tengo la clara impresión de que no por mucho tiempo- para decir lo que nos pide el cuerpo, corremos serio peligro de quedarnos para los restos sin haberlo dicho.)

Por tanto, y a eso es a lo que iba, sé realmente muy poquito sobre cuáles son las circunstancias exactas que han llevado a Aminatu Haidar a su actual situación. Me basta, por ejemplo, saber que en sus problemas anda implicado el buen Mohamed, rey de Marruecos y digno hijo de su buen padre Hassan, para imaginarme sin mucho esfuerzo que la tal Aminatu tendrá bastante razón en su querella con ese progresista país y su ilustrado monarca. Me basta, igualmente, saber que su actitud pone a España en una situación difícil para imaginarme con no más trabajo que nuestro sin par Gobierno habrá metido alguna clase de pata, perpetrado alguna pifia o cometido, en general, alguna de las torpezas inoportunas e inútiles en que parece consistir el grueso de su política, singularmente en lo que se refiere a política internacional. Y por otra parte me basta saber que la postura de Aminatu tiene algo que ver con reivindicaciones nacionalistas para que me apetezca muy poco darle la razón, aunque sea contra el repugnante reyezuelo marroquí. Todas mis simpatías están con los saharauis cuando los considero como súbditos y víctimas del esclarecido primo africano de nuestro propio rey, como lo están con cualquier otro desgraciado ciudadano que comparta esa triste situación, sea del Sáhara o del Rif, árabe o tuareg, musulmán o ateo. Pero, lo siento, ni un poquito de ellas acompañan a las reivindicaciones nacionales del antiguo Sáhara español. El más mínimo vislumbre de reivindicación nacionalista, sea saharaui, española, vasca, catalana o servocroata, me encuentra automática y visceralmente en contra, no puedo ni quiero remediarlo. Y una ciudadana que centra sus diferencias con Mohamed en una cuestión en mi opinión tan necia como la independencia de un pedazo de país, y que cree razonable hacer un problema de cuál sea el Estado con cuyo pasaporte puede andar por el mundo tiene, de entrada, muy pocas probabilidades de coincidir conmigo en ninguna opinión que me importe.

De manera que, si entrara en el fondo del asunto, probablemente no tendría muy fácil saber si estoy a favor o en contra de la postura de Aminatu. Pero la propia señora Haidar me ha evitado el dilema. Se ha puesto en huelga de hambre y al hacerlo ha perdido irremisiblemente cualquier posibilidad que antes tuviera de que yo pueda llegar a darle la razón. Ya no me importa saber qué pretende: desde el momento en que lo pide con una huelga de hambre sé que, sea lo que sea, yo no quiero que lo consiga.

Hay pocas cosas que me parezcan más recomendables que no prestar atención a quien dedica el grueso de su actividad a conseguir que se le preste. En todos los casos, pero más aún si para conseguir esa atención emplea la coacción y el chantaje. Y la huelga de hambre, hágala quien la haga y tenga o no razón antes de emprenderla, a mi juicio no es más que un instrumento de coacción y chantaje que, como ocurre siempre con el empleo de medios ilegítimos, contamina de ilegitimidad cualquier fin en cuyo servicio se emplee.

Nunca he comprendido la buena prensa de la que goza esta especie de terrorismo masoquista, ni las simpatías que suele despertar, salvo en casos escandalosamente odiosos, como el de de Juana Chaos, que en paz descanse. (Ya sé, ya, que no se ha muerto. Razón de más para que yo le desee que descanse en paz.) En mi opinión sólo se diferencia de otros métodos violentos en que evita las víctimas inocentes e involuntarias. No es una diferencia desdeñable, desde luego, y gracias a ella miro con menos inquina al huelguista de hambre que a quien coloca una bomba o amenaza con matar a un rehén. Pero nada más que eso, un poco menos de inquina. Aunque presenta innegables ventajas sobre otros métodos de coacción, sigue siendo uno de ellos, que intenta lograr sus fines con la amenaza de causar víctimas. Y como ante cualquier otro método basado en la coacción y la amenaza, creo que jamás hay que ceder ante una huelga de hambre. Por principio. Tenga o no razón quien la utiliza, y pida con ella lo que pida, creo que siempre hay que asegurarse de que no lo consiga en tanto lo pretenda por el repugnante sistema de amenazarnos y estremecernos con el espectáculo de su suicidio lento y público.

"Si muere, la habrá matado el Gobierno español", leí ayer, en un descuido, que declaraba el hermano de la huelguista. Es mentira, claro. Si alguien muere por negarse a comer, nadie más que él mismo es responsable de su muerte, y las relaciones que él pretenda establecer entre su falta de alimentación y cualquier otra cuestión son asunto exclusivamente suyo, que no compete ni obliga a nadie más. Pero es una mentira que mucha gente decide gustosamente creer y repetir, gracias a lo cual sigue y seguirá habiendo gente que cree que ponerse en huelga de hambre es un buen sistema para conseguir que alguien haga lo que, en principio, no estaba dispuesto a hacer.

Personalmente ese intento tramposo y arrogante de trasladar la responsabilidad de la muerte desde quien evidentemente sí la tiene -el huelguista que decide no comer, tenga o no razón en sus pretensiones- hasta quien en ningún caso la puede tener -la instancia de la que el huelguista espera el cumplimiento de sus exigencias, esté o no obligada a cumplirlas de acuerdo con cualquier otro criterio- traslado de la responsabilidad que es el mecanismo en que se basa la huelga de hambre, y que es más eficaz cuantos más papanatas falsamente compasivos lo coreen y lo secunden, me despierta una antipatía automática y sin posibles paliativos. Insisto: póngase usted en huelga de hambre para pedir cualquier cosa, así sea la reivindicación más justa del mundo y más acorde con mis opiniones, y habrá conseguido que, sin más consideraciones, yo pase a desear con fervor que no consiga usted su pretensión. Así soy de mala persona.

Si hay alguien en este mundo que me resulta odioso, inmediatamente después de quien convierte en víctimas a los demás, es quien se convierte en víctima a sí mismo.

46 comentarios:

  1. Pues sí, yo también creo que esta mujer hace trampa. Es el berrinche infantil ante el que jamás hay que ceder extrapolado a altas esferas. Y aún queda por ver el espectáculo monárquico-alahuita; si no, al tiempo.

    Demonios, qué a gusto me he quedado.

    Besos, da gusto leerte.

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  2. Como siempre, son dos cosas distintas el fin y el método para conseguir ese fin. Yo soy de los que piensa que el fin no justifica los medios. El medio, con todo ser un chantaje mortal, es con la propia vida, así que está por debajo, en la escala de iniquidad, de los que matan...a otros.

    En cuanto al fin. Estoy con la Aminatu

    p.d.-Me añado en favoritos tu excelente periódico, pero no da la receta de las papas con mojo, esa suerte de patatas bravas a lo canario, lo cual evidencia cierta soberbia intelectual de darlo por sabido todo.

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  3. Oclock, muchas gracias. Me conforta ver que hay personas inteligentes que comparten mi punto de vista. Y sí que se queda uno a gusto después de decir ciertas cosas, sí...

    Lansky, probablemente también yo estaría con la Aminatu en cuanto a su fin... si me hubiera dejado. Pero en cuanto se utilizan métodos así, para mi pasan a ser la cuestión central, y y el fin para el que se usan un asunto secundario.

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  4. Aminatou Haidar se ha negado a comer mientras dos estados no cumplan las legislaciones nacionales que ellos mis se han dado y las internacionales que han firmado. Simplemente. Es una decisión personal. Podría haberse disfrazado de lagarterana o cantar el porompompero sin parar. Ninguno de los dos estados está obligado a nada por ello. Si cumplen la legislación lo harán sólo por decencia, y sobre todo por obligación. Si Aminatou muere es responsabilidad sólo suya. El escándalo está en los ojos de los demás, de los responsables políticos, de los que apoyan la causa (justa o no, nacionalista o espiritista) de los saharauis, y en tu caso, porque lo has escrito, en los tuyos, que pretenden ver chantaje escandaloso donde sólo hay un derecho a hacer con el propio cuerpo lo que a cada uno le perezca oportuno para solicitar la independencia de Madrigal de las Altas Torres o que llueva hacia arriba.

    Lo que es escandaloso es que alguien muestre públicamente su deseo de que una persona que reclama que se le restituyan unos derechos que le han sido conculcados por los representantes administrativos y políticos de dos estados a la vez y en connivencia patente no consiga que le sean restituidos.Da igual la excusa que ponga porque ha confesado además importarle muy poco la causa de la reclamación. Lo importante no es si a alguien le roban la cartera. Lo importante es si afina o desafina gritando ¡al ladrón! Si desafina, que le den morcilla.

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  5. Yo no he seguido el caso exhaustivamente, simpatizo con la causa Saharaui, y sí que le doy trascendencia a una huelga de hambre. Me parece el grito más poderoso y desgarradoramente auténtico que puede dar una persona. Y tan grandioso que puede subvertir el destino de los pueblos.

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  6. Harazem, no discuto el derecho de Aminatu, ni el de nadie, a hacer con su cuerpo lo que le plazca. El suicidio es un derecho indiscutible, y miles de suicidas lo cometen todos los días sin que casi nadie se entere ni yo tenga nada que decir al respecto. Sí discuto, en cambio, su pretensión de condicionar ese suicidio a la conducta de terceros y de trasladarles así la responsabilidad de su posible muerte. Esa condición y ese traslado de responsabilidad no me los he inventado yo, los ha establecido ella al decir que solo parará en su huelga si se cumplen sus reclamaciones. Y los han corroborado todos sus seguidores, empezando por su hermano, al decir cosas como que si muere, la responsable será España. No hacía falta que dijeran nada, además: son cosas que van implícitas en la huelga de hambre y que constituyen, de hecho, su fundamento. Y a mí no me escandalizan, no he usado ni sugerido en ningún momento la palabra escándalo, pero no me parecen bien. Me parecen, de hecho, muy mal, y como abrí el blog para manifestar mis opiniones cuando me apetece, así lo digo. Lamento escandalizarte a ti al hacerlo, pero me temo que no puedo hacer nada por remediarlo. Bienvenido al blog, en cualquier caso, y gracias por tu comentario.

    Chrysagon, gracias también a tí. Me parece que esta vez va a ser más bien difícil que nos pongamos de acuerdo. Hablando de huelgas de hambre "grandioso" es una de las últimas palabras que se me vendrían a la cabeza.

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  7. Estamos en las antípodas, es verdad. Sin embargo estamos muy próximos en cuanto a respetar nuestras diferencias, y eso nos ennoblece (aunque quede mal echarme flores a mí mismo). De todas formas a quién debe conmover el gesto de Aminatu no es ni a ti, ni a mí, ni al gobierno marroquí, ni al español, sino a su propio pueblo. Y por eso quizás las cosas se arreglen, y por eso quizás cambie la suerte de ese pueblo. Yo creo que un gran hombre, al igual que una gran mujer, exigiendo justicia firmemente son capaces de conseguirla. Gandhi y Aminatu, podrían ser esos personajes a los que aludo. Ya veremos…

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  8. En realidad, jubiloso vanbrugh, hay un punto que merece la pena analizar, y es si esta huelga de hambre es realmente un chantaje, como tu sostienes, o una llamada de atención sobre el problema del Sahara y sobre el atropello a una mujer a la que en su casa ocupada, en el Sahara, se la considera una súbdita, sujeta a la benevolencia de un sátrapa, y no una ciudadana, sujeto de derechos exigibles a un Estado. Si es un chantaje, como tu y en parte yo, das por hecho, entonces, lo ejerce contra una gentuza (ambos gobiernos) que no se va a inmutar salvo por los efectos que eso tenga en sus respectivas opiniones públicas (parece, aunque no lo sé seguro que en la marroquí hasta la lapidaría esa misma opinión), pero si es una llamad de atención, una denuncia o como se quiera llamar, es todo un éxito: ha vuelto a poner el problema, el vergonzoso problema por la parte que le toca a España, en las portadas de los periódicos y en el mapa del mundo. Y en efecto, con su cuerpo puede hacer lo que quiera, como tu con su atención a su problema, que a mí sí me afecta.

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  9. Ya sabes que, como a ti, no me gustan nada los nacionalismos. El asunto del Sahara, sin embargo, no puede encasillarse fácilmente bajo esa etiqueta. Los saharauis han sido víctimas de unas decisiones ajenas tomadas en el tablero internacional que les han sido impuestas sin ninguna consideración a sus deseos o intereses. Para colmo, el estado español ha jugado (y sigue jugando) un papel muy poco lucido en todo ello. Todo eso hace que la "causa saharaui" cuente con mayoritaria simpatía entre nosotros (me incluyo), aunque no la conozcamos todo lo bien que deberíamos. Si sumamos que los marroquíes, por el contrario, no suelen gozar de mucha simpatía, el maniqueísmo está servido.

    De otra parte, me da la impresión de que lo que reivindica en concreto Aminatou Haidar no deja de ser una "excusa" fundamentalmente simbólica en el marco mucho más amplio de su causa. Justamente por eso no admite soluciones de compromiso (como las que intenta torpemente gestionar el gobierno español). Por el contrario, el gobierno marroquí pretende mantener el asunto en el limitado marco de lo concreto justamente para resaltar que el aparente motivo de la huelga de hambre es nimio y no la justifica. En todo caso, tampoco sé lo suficiente como para valorar justicia de la reivindicación concreta aunque mucho me temo que no pueda resolverse, como casi nada, trasladando toda la razón a un lado.

    Pero tu tesis central es que la huelga de hambre es un método de coacción y chantaje que deslegitima el fin que se pretende. La verdad es que no logro tener del todo claro si comparto tu opinión. Desde luego me parece un método de chantaje ya que plantea al interlocutor una dicotomía sin opción negociadora (o haces lo que quiero o me dejo morir) que, en caso de que no la acepte, le puede crear un problema muy molesto: se encuentra con un "mártir" que sirve como estímulo y refuerzo de la oposición. Por supuesto, el fenómeno de los mártires no contribuye precisamente a la racionalidad de la política sino que al contrario radicaliza (y cohesiona) a las masas. Aminatou, con su actitud, está justamente dirigiéndose a la emotividad colectiva (de sus gentes y del resto), algo que no me gusta nada. Ahora bien, lo cierto es que, lamentablemente, el mundo se mueve así. La única manera de activar la atención de la gente es a través de su emotividad, rara vez de su inteligencia.

    Si alguien lucha por lo que honestamente cree que es una causa justa (o contra lo que cree que es una injusticia) en un mundo como el nuestro, ¿qué puede hacer? Lo ideal sería que las decisiones se adoptaran como resultado de la aplicación racional y ponderada de criterios de justicia. A esos métodos llevan recurriendo los saharauis mucho tiempo con escaso o nulo resultado (meramente simbólico). Contra la violencia del más fuerte, ¿qué le queda al débil? Cualquier acción emprenda será casi necesariamente un medio que puede calificarse de chantaje e incluso le será difícil que tenga algo que importe lo suficiente al fuerte para que lo considere chantaje. Visto así, me parece que, no gustándome, la huelga de hambre es un mal menor. Aminatou "chantajea" con su propia vida, no con la de otros.

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  10. (No me cupo todo el comentario, así que sigo)

    Cuestión distinta es el cúmulo de tonterías que se dicen a partir de su decisión (me imagino a la Haidar sonriéndose interiormente al ver como pican tantos en su anzuelo). Desde luego, si muere es porque ella así lo habrá querido y no la matan ni España ni Marruecos. Ha hecho un órdago con lo más valioso que tiene con lo cual supongo que está dispuesta a asumir las consecuencias. Yo, desde luego, no considero que ninguna "causa" política valga la propia vida y, en ese sentido, pienso que con su decisión Amainatou dificulta que las ideas y valores que suscribo vayan calando; por el contrario, contribuye a reforzar modos de pensar y de sentir que creo que han hecho mucho daño a la humanidad y han colaborado a la manipulación y sufrimiento de nuestra especie. Pero, aún así, no deja de impresionarme que alguien tenga unas creencias tan arraigadas y valiosas (para sí) como para ponerlas por encima de su vida. Y, si no condenamos esto, habremos de coincidir en que su acción es consecuente y mucho menos mala que cualquier otra; por ejemplo la de un hombre-bomba palestino o un asesino que descarga dos tiros en la nuca.

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  11. Gracias por el piropo en lo que me toca, Chrysagob. Como soy muy celoso de mi derecho a opinar, y manifestarlo, lo que me dé la gana, procuro serlo igualmente del correlativo derecho ajeno a llevarme la contraria. (Sin que yo me enfade, me ofenda ni me escandalice por ello, quiero decir, que serían las únicas reacciones hostiles que podría tener y las únicas, por tanto que considero un mérito evitar.)

    Estoy seguro de que el gesto de Aminatu conmoverá a su propio pueblo, pero dudo que esa emoción sirva para arreglar nada. Temo que servirá para todo lo contrario. Como bien dice, después de tu comentario, uno de Miroslav, dirigirse a la emotividad colectiva me parece una pésima forma de enfocar ningún asunto, y no sé de ningún caso en la historia en que haya servido para nada bueno. Se me ocurren muchos, en cambio, en los que ha servido para muchas cosas muy malas.

    La huelga de hambre es siempre un chantaje, Lansky, además de ser, también siempre, una llamada de atención. No creo que se puedan contraponer estos dos aspectos, ni que por tanto se deba ni se pueda distinguir, ni en este caso ni en ninguno, si se trata de una cosa o de la otra. Para que la huelga de hambre no fuera un chantaje y se redujera, efectivamente, a un suicidio destinado a llamar la atención (como el de los bonzos que se queman en público), su resolución no tendría que estar expresamente condicionada al cumplimiento de una pretensión. Desde que se establece esa relación entre el final de la huelga de hambre y la obtención de algo, se la convierte, objetivamente, en un chantaje, llámenla como quieran llamarla sus protagonistas y sus seguidores.

    Estoy básicamente de acuerdo con todo lo que dices, Miroslav, y además, como siempre, lo dices muy bien. Solo cambio el orden de algunas de tus consideraciones finales. Para tí la huelga de hambre es un mal, pero comparado con otros, un mal menor. Para mí la huelga de hambre es un mal menor, comparado con otros (y ya lo dije en el post), pero no por ello deja de ser un mal. Y, por tanto, me reafirmo en lo que ya dije: aunque deseo con igual fervor que Aminatu renuncie a su huelga, vuelva a comer, recupere la salud y obtenga todas sus justas pretensiones, deseo, desde luego, que mientras no pase eso no las obtenga. Es decir, ni en este caso ni en ninguno puedo considerar deseable que la coacción y el chantaje se salgan con la suya, afiancen su reputación de métodos eficaces y sean, por ello, cada vez más utilizados.

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  12. Me pregunto si la crucifixión de Cristo no habría sido una forma de dirigirse a la emotividad de la gente, si fuera así, su sacrificio por una causa habría tenido bastante éxito ¿no? Y la marcha verde ¿no fue también un chantaje y una coacción para que la comunidad internacional aceptara una anexión vergonzosa?

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  13. Cristo no se crucificó a sí mismo, Chrysagon. Hizo y dijo lo que le parecía que tenía que hacer y decir, y saber que ello le acarrearía, con toda probabilidad, la inquina de los que mandaban y, con ella, la muerte en la cruz, no le disuadió de hacerlo ni de decirlo. Por eso murió. Pero no buscó deliberadamente la muerte, ni "se sacrificó" por una causa. Vivió como creía que debía vivir, y otros, no él, le mataron por ello. Los creyentes que, como yo y otros muchos, creemos que la muerte de Jesús tiene una consecuencia liberadora para nosotros, y expresamos esa creencia con fórmulas consagradas por el tiempo, pero equívocas, como que "Cristo nos ha redimido", "nos ha salvado" o "ha dado su vida por nosotros", lo que queremos decir es que la vida de Cristo, la muerte que esa vida le acarreó y la posterior resurrección que, según creemos, Dios obró en él, nos sirven a nosotros para saber que, como él, debemos perseverar en el modo de obrar y de vivir que nos parece correcto, aunque hacerlo nos procure fracasos, sinsabores o la misma muerte, y que esas consecuencias desatrosas no expresan el "juicio" de Dios sobre nuestra vida, ni son el final catastrófico de esfuerzos inútiles, porque Dios tiene una última palabra que decir sobre todo ello. Ese, malamente explicado y resumido, es el significado que tiene, para mí y para muchos otros cristianos, la palabra "redención".

    No es ese el mensaje que habitualmente transmite la Iglesia sobre Cristo, su vida, su muerte y su resurrección, y que no lo sea es uno de los reproches más serios que yo, cristiano, le hago a mi jerarquía, mucho antes que que predique una moral ñoña y antivida o que truene más fuerte contra el condón o el aborto que contra la explotación y la miseria (aunque también). Y, sobre todo, -porque cada vez hay más teólogos serios que encaminan su cristología por los caminos que yo, torpemente, he mal resumido aquí- no es ese el mensaje que históricamente ha transmitido. Durante siglos, y también ahora mismo, mayoritariamente, se sigue hablando del "sacrificio" de Jesús en la Cruz como de un "precio" exigido por un Dios sanguinario y bastante sádico como "pago" por el pecado de los hombres. A mi juicio es una formulación que pervierte el mensaje cristiano, da una idea de Dios que justifica ampliamente, y hasta hace recomendable, el ateísmo y, efectivamente, fomenta un victimismo entre los cristianos que me no solo me parece tan nocivo como el de cualquier huelguista de hambre, sino que creo que está en su raiz misma. Incluso en la de la huelga de Aminatu, que no es cristiana, que yo sepa. Porque la buena fama de la huelga de hambre, en lo que tiene de "sacrificio por una causa", y el éxito de crítica y público que suele concitar, temo mucho que, lamentablemente, sí que se debe al cristianismo. Los cristianos hemos sido históricamente víctimas entusiastas y no menos entusiastas verdugos, y hemos exaltado el sufrimiento y la muerte como consecuencia de esa manera, a mi juicio perversa y errónea, de entender la muerte de Cristo.

    Siento el rollo pseudoteológico, pero ha sido por alusiones. No estaba en mi intención.

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  14. Ya he llegado y ya me lo he leído todo, y he sufrido lo que no está escrito, porque cada vez que pensaba "hum, yo con esto no estoy de acuerdo porque..." encontraba lo que sigue a los puntos suspensivos en la respuesta de debajo. Acompañados por cosas que yo ni siquiera he atinado a pensar.

    Lo único que me ha quedado ha sido un conjunto de peros repartidos por ahí. Resumibles en:

    Tampoco me gusta la parte de chantaje que implica la huelga de hambre, peeero hay algo que sí que me gusta en que alguien llegue con un par de ovarios y deje en evidencia a todos los políticos con sus parloteos huecos.

    Y al final, sobre el uso de "grandioso" como palabra aplicable o no a la huelga de hambre, me quedo pensando que se puede llevar más lejos la antimetría. Hablar, por ejemplo, de huelgas de hambre deliciosas. ¡Ay, cómo me gustaría oír eso en un telediario!

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  15. Hola, David. Eso que en tu lenguaje matemáticamente tosco llamas "antimetría" se llama, en realidad, oximoron.

    Lo malo es que, oximoron, antimetría o como lo queramos llamar -yo, en realidad, lo llamaría hijoputez- hay quienes, efectivamente, encuentran deliciosas algunas huelgas de hambre. Les alimentan la sed de épica sin que sean ellos los que tienen que pagar el coste, les permiten sentirse partícipes de una historia de malos malísimos que matan y buenos buenísimos que mueren, mantenerse virtuosamente al lado de los buenos y más virtuosamente aún en contra de los malos, con toda la deliciosa intensidad que la muerte y el martirio prestan a esas bonitas historias pero sin tener que morirse ni nada... un chollo, vamos.

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  16. AUTOBOMBO/LLAMADA DE ATENCIÓN: Porque no quiero que se te/os pase desapercibida mi crónica del Anayet, publicada este viernes 11 temprano.
    Se puede contrastar el texto con las fotos expuestas... y a mí me gusta. PAQUITA

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  17. Matemático sí, pero de tosco nada; usando la palabra antimetría pretendía decir palabras opuestas por contexto, y metidas ahí a capón por la gloria del absurdo.

    ¡No me llames toscas a las mates, que me indigno!

    Respecto a lo que dices, y lo que se ha dicho antes, hay un truco que yo utilizo para librarme de esos halos romanticoides que la gente se monta al hablar de "la lucha", sea esta la que sea. Es un ejercicio que consiste en coger el razonamiento que se expone y sustituir toda referencia a aquel o aquello de lo que se hable por ETA, o lo que sea equivalente en terrorismo.

    Por ejemplo, en tu párrafo, quedaría:

    "hay quienes, efectivamente, encuentran deliciosa [la lucha armada]. Les alimentan la sed de épica sin que sean ellos los que tienen que pagar el coste, les permiten sentirse partícipes de una historia de malos malísimos que matan y buenos buenísimos que mueren, mantenerse virtuosamente al lado de los buenos y más virtuosamente aún en contra de los malos, con toda la deliciosa intensidad que [la lucha por la libertad] presta a esas bonitas historias pero sin tener que morirse ni nada... un chollo, vamos."

    Con los cambios de mi ejercicio mental entre corchetes. Lo que resulta es cierto y la conclusión inapelable; cuando un argumento puede usarse para defender cosas así, es que el razonamiento es malo.

    Así que evidentemente esa gente es boba.

    Ergo estoy de acuerdo contigo. ¡Qué sensación más rara!, ja ja.

    Aunque, claro, no he entrado a opinar sobre qué significa la crucifixión ni nada de eso... (claro que ¿quién tiene nada relevante que decir de las mitologías que no comparte?)

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  18. Muy brevemente, vanbrugh, que como David yo también creo que está casi todo dicho aquí, incluidas mis objecciones.

    La contraposición entre chantaje y llamada de atención es pertinente, independientemente de si ambos aspectos están o no mezclados, porque esa calificación depende del propósito: forzar cambios de comportamiento o reclamar ser visible ante un problema sistemáticamente ocultado. Yo creo, que más que un pasapaporte retirado o devuelto (mucho menos que se revise el status del Sahara) la Amitu está consiguiendo colocar en primera plana, que diría Billy Wilder, el problema de su gente y no el coyuntural de su ilegal extradición. E insisto en lo de subditos vs ciudadanos. A veces, V. me das la impresión, falsa seguro, de que me infravaloras. En cuanto a tus bozos, esos sí que me causan escasa simpatía, precisamente porque llaman la atención sin más.

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  19. No son "mis" bonzos. No me inspiran más simpatía que a tí. No los contrapongo a los huelguistas de hambre porque unos me caigan mal y otros bien, sino porque unos pretenden presionar con la amenaza de su suicidio y otros llamar la atención directamente con su suicidio. Ninguna de las dos cosas es mejor que la otra y a mí me gustan ambas igual de poco, pero son cosas distintas. Me limito a hacerlo notar.

    En cuanto a ti ¿cómo voy a infravalorarte? En absoluto. Me limito a responder, lo mejor que puedo, a lo que entiendo en lo que dices. Quizás eres tú el que me sobrevalora.

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  20. Olvida pues a los bonzos que además emiten CO2 a la atmósfera, uno de los máximos pecados de nuestra superficial y mediática época, pero me ratifico en la pertinencia de mi distinción entre chantaje y llamada de atención. Amitu está reclamado atención a un problema intesadamente ocultado por los poderosos, no pretende torcer el brazo de ninguno de esos pdoerosos, no la creo tan ingenua.

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  21. Hola. Un placer leerle. Creo que tiene razón en que la huelga es un chantaje. A veces´, necesaria. No veo la diferencia más que en teoría, Lanski, entre llamar la atneción y chantajear, el propósito se junta con el resultado. Es cierto que somos como especie tan racional como emotiva y por eso triunfan las huelgas de hambre tanto como las matanzas, aunque las primeras son menos cruentas. ?Ghandi también hacía chantaje, qué opináis?

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  22. Bienvendo, Levilibegas, y gracias por tu comentario. No estoy muy seguro de qué significa exactamente "necesario" en este contexto. Si lo que quieres decir es que la huelga de hambre es útil, sin duda que lo es, claro. Pero yo no estaba juzgando su eficacia, sino su legitimidad.

    Gandhi usó la huelga de hambre y, al hacerlo, hizo chantaje, en mi opinión, claro está. Fue un gran hombre desde muchos puntos de vista, pero desde luego no fue perfecto. Hay muchas cosas de él que no me gustan, esta entre ellas -aunque no la que menos-.

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  23. ¡Basta! El que seas padre de un niño que a veces no quiere comerse las acelgas (con toda la razón del mundo, de su mundo, y sí un bollo de crema) no te autoriza a ser tan intransigente.

    Levilivegas: me parece estupendo que tú no veas esa distinción. Yo sí.

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  24. ¿Intransigente? ¿Y qué debería decir para no parecértelo? "¿Huelga de hambre sí, pero solo un ratito"? ¿"Huelgas de hambre, siempre que sean en favor de causas que me parezcan bien"? ¿"Huelgas de hambre no, salvo que las haga Gandhi"? No soy intransigente, soy coherente.

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  25. Demostraré que la huelga de hambre es la más eficaz de las formas de amenaza de muerte propia encaminadas a llamar la atención. Para ello procederé a compararla con otras:
    a.- Amenazar con “me pegaré un tiro en público” solamente puede mantener la atención del personal unas pocas horas. Además no da la oportunidad a “la autoridad” de tomar otra medida para impedir el cumplimiento de la amenaza que no sea pegar un tiro al amenazador.
    b.- Amenazar con “me prenderé fuego” es poco eficaz y da ocasión de lucimiento a las fuerzas del orden y a los bomberos, que pueden frustrar el intento con facilidad. Esto de prenderse fuego sólo sirve para hacerlo sin avisar, no para amenazar.
    c.- Amenazar con “me lanzaré al vacío” es, desde luego, bastante más espectacular y puede conseguir que se reúnan multitudes e, incluso, que acudan las televisiones, si se ha elegido bien el sitio. Pero tampoco es posible mantener por largo tiempo la atención del respetable que, al anochecer, empieza a desfilar.
    d. – Amenazar con “dejaré de respirar” es una idiotez que no merece mayor atención por nuestra parte.
    e.- Cualquier otra forma de muerte propia al alcance de cualquiera, como el envenenamiento con barbitúricos o con el gas, tirarse al tren, cortarse las venas y cosas así, carece de interés como espectáculo y es más bien para hacerlo en la intimidad.
    Podría seguir con más ejemplos, pero creo que he demostrado suficientemente que, si se trata de concitar el interés público, como la huelga de hambre (nombre no muy bien puesto, ya que el hambre se practica plenamente durante su realización) no hay nada. Con las ventajas añadidas, de que es una amenaza que no es sólo amenaza, sino que mientras se está produciendo la amenaza, se está verificando la depauperación que conduce a la muerte, de que da lugar a que se decida por parte de alguien, no se sabe bien con qué derecho, que hay que alimentar a la fuerza al huelguista, lo que aumenta el interés del evento y, sobre todo, que puede llegar a durar meses, sobre todo si el huelguista toma algo discretamente por las noches.
    Q.E.D.

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  26. Muy cierto, Ricardo. Como espectáculo solo puede rivalizar con la huelga de hambre el que ya cité de los bonzos autoincinerados, pero evidentemente dura mucho menos, aunque vistoso sí es. Y como medio de coacción, la huelga de hambre es insuperable. Cualquier otra forma de autoagresión lenta- la lentitud es fundamental, el tiempo va volviendo al huelguista cada vez más heroico, y a su oponente cada vez más malo- deteriora mucho más deprisa y es más irreversible: irse amputando miembros, por ejemplo. Sin contar con que lo pone todo perdido de sangre y seguro que la policía se cree autorizada a intervenir antes. En fin, que no tiene comparación, como bien dices.

    Y para penas capitales, la hoguera. (Krahe dixit). Y para guerras, la del catorce. (Brassens, claro).

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  27. Sólo deberían tolerarse las huelgas de hambre entre comidas...

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  28. Hola, Raleigh, qué alegría verte por aquí. Creo que el ilustre pensador Iñaki de Juana Chaos es de esa misma opinión tuya. ¿O debería decir sustenta esa misma opinión..?

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  29. Un último comentario, por cierto, vanbrugh, qué asco me ha dado ver otra vez la foto de la alimaña de juana en gayumbos. Obscena.

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  30. Es cierto, Lansky. Ese tipejo resultaría obsceno hasta vestido de esquimal, pero esa fantasía narcisista sado maso es especialmente reveladora, da náuseas. De hecho, con toda mi antipatía por la huelga de hambre, dudé si poner la foto, para no contaminar con semejante mierda a la pobre Aminatu.

    Por cierto, aprovecho para manifestar que no sé si Aminatu se ha salido o no con la suya -porque no sé cuál era "la suya"- pero que, en cualquier caso, me alegro mucho de que haya acabado su huelga y vuelva a su casa.

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  31. No sabes qué gratificante me resulta entrar a tu blog, me siento como en casa, sólo que la tuya tiene más estilo y está mejor amueblada. Es decir, que si fuera capaz y tuviera tus mismos conocimientos, creo que escribiría exactamente las mismas cosas que tú. O por decirlo de otra manera, que si Chrysagon es tu antimetría, yo soy tu simetría (más chiquita). En fin, que es una gozada leerte.

    Te agradezco mucho tu comentario sobre la muerte de Jesucristo, te aseguro que a mí me sirve de mucho corroborar que no soy la única que destesta ciertas interpretaciones del cristianismo.

    Saludos,
    Isabel Vera

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  32. Isabel, qué bien verte por aquí. Muchas gracias por tu comentario. No haré mucho caso de tus ditirambos, claramente desmedidos, pero me quedo con lo de que te gusta leerme. Es correlativo a lo que a mí me gusta que me comentes. Y especialmente que te gusten mis disquisiciones cristianoides, porque para mí también es importante comprobar que no soy el único que piensa así. Un beso.

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  33. Ditirambos desmedidos, je, je, me hace gracia.

    Que sepas que nunca le he hecho la pelota a nadie en mi vida. Me gusta mucho decir lo que pienso todo el rato, tanto para bendecir como para condenar. Estas dos cosas que hago suelen molestarle mucho a la gente; lo primero, por modestia, lo segundo, por orgullo. La modestia la considero como un vicio bastante tolerable si es verdadera, insoportable cuando es falsa.

    Isa

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  34. Bueno, Isabel, es que ditirambo es una palabra preciosa y tenía ganas de usarla. Luego me he dado cuenta de que "ditirambos desmedidos" es un pleonasmo, porque la propia palabra ditirambo lleva ya incorporado el significado de "excesivo". En cualquier caso, calificando así a tus elogios no estaba acusándote de hacerme la pelota, cosa que sé muy bien que no está en tus costumbres. Solo señalaba el hecho objetivo de que, movida sin duda por tu buen corazón, me elogias en exceso y sin correspondencia con mis méritos reales.

    Pero vamos, que a mí me encanta. No te prives. Mi modestia, todo lo auténtica que puede, significa solo que conozco bastante exactamente mi valor real, pero no que no disfrute cuando los demás, especialmente los demás cuya opinión valoro, lo sobreestimáis. (Suponiendo, claro, que sobreestimáis se escriba así).

    Un beso y feliz Navidad.

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  35. Да уж. Как говорится в устоявшемся выражении:
    Мы живем в самой прекрасной стране на свете, а все остальные страны нам завидуют.

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  36. Según el traductor de Google, el anterior comentario quiere decir:

    Si. Como se indicó, la expresión de equilibrio: Vivimos en el país más hermoso de la tierra, y todos los demás países nos envidian.

    solo que en ruso.Si hacemos caso a StatCounter, el comentario ha sido hecho desde Madrid.

    Mira que hay gente rara por el mundo.

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  37. A mí también me encanta la palabra "ditirambo". Una de las razones por las que me gusta tanto este blog, es que siempre aprendo palabras preciosas en él. Como ditirambo y antimetría. Y para mí esa es una razón de mucho peso.

    Que pases una buena Nochebuena, Van, y también todos tus visitantes.

    Isa

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  38. Eso de que en tu blog dejen comentarios en ruso debe de subir la autoestima cantidad

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  39. Muchas felicidades, mira, así mato dos pájaros de un tiro. El de comentar en tu blog y el de desearte que cumplas muchos más.
    Un beso

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  40. Hola, venía a ver si habías escrito algo sobre la ley Sinde.

    Saluditos,
    Isabelita Vera

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  41. Pues no, Isabel, lo siento, no he escrito nada. Estoy apático y poco inspirado. Para ese tema, dirígete a Miroslav o a Cigarra, que lo dominan. Estoy de acuerdo con prácticamente cualquier cosa de las que digan cualquiera de esos dos, y ellos lo dicen mejor. Pero gracias por tu interés.

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  42. He leído con muchísimo interés todo lo que habéis dicho todos, y mi problema es que estoy "casi" de acuerdo con "casi" todos. Así que no me siento con ánimos (ni tengo tiempo) de entrar en dirimir exactamente en qué si y en qué no, y con quién si y con quién no. Además Aminatu ya está en casa y ya podemos dar carpetazo por otro montón de tiempo a los asuntos del Sáhara que está tan lejos y qué le vamos a hacer.
    Pero me encanta (y lo digo de verdad, de todo corazón) lo bien que os explicais todos.
    Y me ha gustado, como a Isabelita (¡qué bueno que vuelvas a la red!) la disquisición de nuestro Anfitrión sobre la erronea valoración del sufrimiento, del sacrificio, de los mártires y de todo lo demás que nos han venido contando desde hace tanto tiempo.
    A mi también me gusta mucho más la otra interpretación que nos da V. sobre el sentido de la muerte y resurrección de Cristo, y estoy de acuerdo con él. Un señor que dice "He venido para que tengais vida abundante" no me creo que estuviera de acuerdo con la autoinmolación.
    Y muchas gracias por considerarme versada en la Ley Sinde. Se hará lo que se pueda, maestro, como dijo Belmonte.

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  43. Matizad, poneos políticamente incorrectas, soltad ironías, sentad cátedra: Aminatu tiene muchos más redaños que todas vosotras.

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  44. Pues la verdad es que no veo por ningún lado los redaños, pues anda que no se le ha inflado el ego a la Aminatu con tanta tv y tanto periodismo y tanta propaganda... esa tía no me gusta, no es sólo por su chantaje que creo inadmisible sino porque hay algo en ella oscuro,no limpio; lo sé, lo sé, no se puede dar este tipo de explicación pero mi inconsciente emocional me habla y yo procuro escucharlo.
    Vanbrugh te echamos de menos, aunque te disfrutamos en otros blogs. Saludos

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  45. Qué fácil es opinar desde la comodidad que da vivir aquí arriba, justificarlo con que "es lo que me dice mi subconsciente", y llenarse la boca con "chantaje emocional", "berrinche", "decisión personal" y demás simplezas...

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  46. Hola, Anónimos diversos, gracias por comentar. ¿Qué fué, por cierto, de la útil costumbre de vestir el anonimato con un seudónimo, nick o como se le quiera llamar? Es bien cómoda, aunque no más sea para poder contestar sin tener que llamaros "anónimo 1", "anónimo 2"... En fin, veamos:

    Anónimo 1, querido parisino: ¿quiénes somos "todas nosotras"? ¿Qué tienen que ver con lo que se está hablando los redaños que tenga o deje de tener Aminatu? Asumo que eres también el Anónimo 3, vienes del mismo sitio y pareces ir también a lo mismo. Mira, siempre me ha sorprendido la gente que dice en tono de reproche "¡qué facil es..!" hacer lo que sea. Pues sí, bastante fácil. Para mí, por lo menos, y para cualquiera para el que pensar no suponga un esfuerzo demasiado penoso. ¿Y? ¿Debemos considerar que está mal pensar lo que pensamos y decir lo que decimos porque es fácil? ¿Debemos pensar y decir otras cosas que nos resulten más difíciles, para que a ti te gusten más? Más masoquismo ético. Cuanto más difícil es lo que hago, cuanto más sufro, más bueno soy y más razón tengo... De veras que no sigo tu razonamiento, si es que lo hay. Si a tí te resulta tan difícil producirlo como a mi entenderlo, debe de ser la leche de bueno, aplicando ese luminoso criterio tuyo.

    Anónimo 2, al contrario que tú no sé prácticamente nada de Aminatu, y lo poco que sé me la hace simpática. Mi inconsciente me dice muy poco sobre ella, y ese poco es más bien bueno. Es mi "consciente", en cambio, el que me dice que una huelga de hambre es una coacción violenta e inmoral, hágala quien la haga y por lo que la haga. Nada, pues, contra Aminatu, solo contra que haga huelgas de hambre, como contra que las haga cualquier otro.

    Gracias por echarme de menos, y gracias por seguir mis comentarios por otros blogs. Casi siempre es verdad, pero últimamente más, que escribo mucho más en los ajenos que en el propio. Puro desorden, no otra cosa.

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